Parecía difícil de superar, pero en Atapuerca nada es imposible. En un nuevo hito paleontológico, los investigadores que trabajan en el yacimiento burgalés presentan hoy internacionalmente los restos óseos del homínido más antiguo de Europa, concretamente una mandíbula con ocho dientes de un individuo que vivió hace 1,2 millones de años, es decir, unos 400.000 más que los restos más antiguos descubiertos hasta ahora. Los fósiles, acompañados de abundantes herramientas de sílex, aparecieron en la excavación del 2007, pero se han mantenido en secreto para ser analizados con detalle y sometidos a la validación de la revista Nature, que publica el hallazgo. "Ningún yacimiento ha merecido dos portadas en las últimas décadas", dice Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones, para dar fe de la magnitud del hallazgo.

En Atapuerca afloran nuevas sorpresas a medida que se excava. En esta ocasión, el éxito le ha correspondido a la llamada Sima del Elefante, un emplazamiento bastante virgen situado a 200 metros de Gran Dolina, la cueva donde en 1994 se hallaron los primeros restos de Homo antecessor (800.000 años). Aquel descubrimiento mereció la primera portada de Nature.

DENTADURA FATAL La mandíbula, explica Carbonell, corresponde a un adulto joven (20 años) que ha sido adscrito provisionalmente a la misma especie, aunque presenta unos rasgos más arcaicos que el antecesor de Gran Dolina. Se desconoce la causa de la muerte, pero el individuo no gozaba de una dentadura radiante. "Tiene malformaciones en los alveolos y una alineación deformada, previsiblemente fruto de un choque con algo", prosigue Carbonell.

El hallazgo de la mandíbula se produjo el 30 de junio, pero tres días antes ya se había localizado un diente aislado que presagiaba grandes cosas. Se han empleado tres sistemas para datar la mandíbula y su estrato, aunque ha sido la técnica de los núclidos cosmogénicos la que ha permitido afinar la antigüedad de 1,2 millones de años, con un margen de error de 160.000 años. La datación analiza el estado de conservación en los fósiles de átomos de aluminio y berilio. El resultado es consecuente con los otros sistemas. Por paleomagnetismo --los minerales se imantan en función de dónde se sitúa el polo norte--, se sabe que los restos corresponden a la época Matuyana del Pleistoceno Medio (entre 1,78 y 0,78 millones de años). Y los fósiles de un mustélido y un ratón hallados junto a la mandíbula y los 32 utensilios de sílex (de tipo Olduvayense o Modo 1) indican una antigüedad de hasta 1,4 millones de años.

POLEMICA GENETICA El fósil corresponde a la sínfisis o región anterior de la mandíbula, pero la adscripción genética será polémica. La morfología de la cara anterior es primitiva y recuerda a la de fósiles africanos del Pleistoceno Inferior (Homo habilis y Homo rudolfensis ), pero tiene muchas similitudes con las mandíbulas encontradas en el yacimiento georgiano de Dmanisi, en el sur del Cáucaso (1,7-1,8 millones de años). Por el contrario, la cara posterior de la sínfisis tiene un aspecto más moderno y recuerda al de ciertos maxilares de yacimientos de Asia atribuidos a Homo erectus .

Fue Rosa Huguet, de Tarragona, quien localizó tanto el primer diente como la posterior mandíbula, pero las excavaciones son un ejemplo de trabajo cooperativo de científicos de muchos centros.