En el número que publicaron a finales del 2006 para otorgarle el título de "invento del año", los responsables de la revista Time dijeron que YouTube era a la búsqueda de vídeos por internet lo que una supertienda Wall- Mart a las compras: "todo está allí, lo único que tienes que hacer es cruzar la puerta". Menos de un año después de su lanzamiento oficial y antes de cumplirse dos de su balbuceante puesta en marcha, la web que tres veinteañeros habían creado con el objetivo, que hoy parece sencillo, de compartir vídeos, acababa de ser comprada por el gigante Google al precio astronómico de 1.650 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros), lo que ponía cifras a la revolución social que había introducido en escaso tiempo. YouTube tiene solo 5 años, pero ha cambiado tantas cosas en apenas un lustro que parece que hubiera estado allí siempre.

El crecimiento de la web fue, y sigue siendo, tan vertiginoso, que salta a la vista su atributo de haber venido a colmar un vacío. "YouTube llegó para satisfacer una necesidad específica en internet --explica Michael Miller, especialista en nuevas tecnologías y autor del libro YouTube 4 you (YouTube para ti) --. La gente quería una página para ver y para subir sus propios vídeos. Al crear una comunidad en la que todos podían compartir este material, gratis y con facilidad, YouTube tuvo capacidad para atraer a millones de usuarios casi desde el comienzo".

AL ALCANCE DE TODOS En otras palabras: ver y compartir vídeos, subirlos a internet y crear vínculos desde otras páginas, eso que hoy es cotidiano y sencillo, era, hace cinco años, por decir lo menos, difícil. La gran virtud de Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim --sus creadores-- fue ponerlo al alcance de todos. Las cifras son vertiginosas: a mediados del año pasado había 3.500 años de vídeo colgados en la web. Y cada minuto los usuarios agregan 20 horas. Si internet es la biblioteca de Babel, YouTube es algo como la videoteca total.

"Su crecimiento fue vertiginoso --escribió Randall Stross en su libro Planet Google --: solamente se podía representar con una línea de 90 grados. Superó a eBay, al buscador de Google, a Wikipedia, MySpace, Facebook, a cualquier otra web anterior". Oro puro, pues, o eso pensaría cualquiera. ¿Por qué iba Google a pagar semejante fortuna si no era para recuperarla, y luego, sobre todo, empezar a ganar? Pues bien: YouTube no produce beneficios. La publicidad no funciona. "Generan ingresos, pero son aún inferiores a los costes --explica Miller--. En realidad, apenas están empezando a manejar publicidad, aunque eso cambiará dentro de poco".

Según la revista Forbes, YouTube ingresó 240 millones de dólares el año pasado, insuficientes para cubrir los costes operativos; el balance final fue de 174 millones en pérdidas. La explicación más aceptada es que la web es un nicho de publicidad muy difícil de acotar, que, aunque la empresa tiene un control férreo sobre la página principal, la mayor parte del contenido lo deciden los usuarios, que estos son de casi todas las edades y condiciones sociales, y que todo esto reunido hace extremadamente difícil seducir a los anunciantes, convencerles de que un público concreto verá el anuncio colgado junto a uno de los millones de vídeos en circulación.

Pero son solo cinco años. "La historia de YouTube aún se está escribiendo", sentenciaron Chris Botello y Dogh Salin en YouTube for dummies. Y la revista Time, en el 2006, recordó que Google había estudiado muy bien lo que compraba antes de comprarlo.