Esto no ha hecho más que empezar. La rigurosa ley contra el tabaco, fuertemente contestada por la hostelería pero acatada por los fumadores, es sólo una primera escala en la ofensiva del Gobierno en favor de "una España sin humo". El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, abrió ayer la puerta a adoptar en el futuro una actitud "mucho más contundente" contra el consumo de tabaco, aunque abogó por esperar a que la sociedad se habitúe a las prohibiciones que entraron en vigor el 1 de enero.

Ante un público adolescente, los alumnos del Instituto de Educación Secundaria Jabalcuz de Jaén, Zapatero defendió la necesidad de combatir el tabaquismo porque es "un hábito perjudicial para la salud" que, en el mejor de los casos, debe circunscribirse al "ámbito de lo privado". Durante el coloquio, el presidente, que fuma en la intimidad, formuló estas reflexiones en respuesta a Alvaro Alegre, alumno de 4 de ESO, pero dejó sin contestar su pregunta clave: "¿No sería más lógico prohibir la venta de tabaco?"

OBJETIVO: LOS MENORES A juicio de Zapatero, la reciente ley antitabaco "podría parecer muy exigente", pero será "progresivamente aceptada por la mayoría de la sociedad" y acabará siendo imitada por otros países. Tras reconocer que su propósito es endurecer esta ofensiva en el futuro, el jefe del Ejecutivo no concretó el cuándo --"es la sociedad la que marca esos pasos"-- ni el cómo. Fuentes gubernamentales sólo adelantaron que uno de los objetivos de ese futuro paquete de medidas será prevenir el inicio del consumo de tabaco por parte de los menores de edad.

La ofensiva gubernamental cuenta con el apoyo de médicos y profesionales sanitarios. En una encuesta realizada en toda España por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), hecha pública ayer, un 94% de los facultativos son partidarios de la prohibición total de fumar en todos los locales públicos, incluidos bares y restaurantes. El presidente de la AECC, Vicente Guillem, alabó la reciente ley pero la tachó de "insuficiente" y pidió por permitir fumar en estos lugares y por no cubrir el coste de los fármacos antitabaco. "La ley debería haber sido aún mas restrictiva", insistió Guillem.

El director general de Salud Pública, Manuel Oñorbe, recordó ayer que la ley contó con el apoyo de más del 70% de la población en un sondeo previo realizado por el Ministerio de Sanidad. "Estamos satisfechos del cumplimiento, sobre todo por el cambio de mentalidad que se está produciendo. Pronto nos parecerá absurdo que en los centros de trabajo se pudiese fumar. Si se reduce el número de fumadores en un 10%, en un año habrá 6.000 muertes menos de personas que fuman y 60 de fumadores pasivos", confió Oñorbe.

La investigación de la AECC revela que los enfermos de cáncer de pulmón u otras enfermeda provocadas por el tabaquismo no sufren rechazo social. "La adicción hoy es socialmente admitida, pero no lo será por la próximas generaciones. Los no fumadores cada día serán menos generosos", advirtió Guillem.

RREPENTIMENTO El estudio cifra en un 36% el porcentaje de fumadores en España. Hasta tres cuartas partes de los encuestados querría no haber empezado nunca, y a casi el 70% le gustaría dejarlo. En este sentido, el 90% lo intenta únicamente con su fuerza de voluntad, mientras que sólo un 10% recurre a terapias o tratamientos farmacológicos para dar este paso. Apenas un 15% de los 18.500 personas afectadas por cáncer de pulmón cada año sobreviven.