Como muchos preveían, José Luis Rodríguez Zapatero, fiel a su estilo, ha buscado una solución salomónica para Santa María de Garoña. El presidente del Gobierno ha decidido que la central nuclear más antigua de España continúe abierta hasta el 2013, lo que, para el sector nuclear, significa un cierre y para los colectivos ecologistas una prórroga incomprensible. Por tanto, como pronosticó el propio jefe del Ejecutivo ayer a primera hora de la mañana, pese a que en su opinión "la decisión es razonada, razonable y equilibrada", ha sido criticada por unos y por otros.

Los ministros de Industria y Trabajo, Miguel Sebastián y Celestino Corbacho, fueron los encargados de detallar en una rueda de prensa los motivos que han llevado al Ejecutivo a inclinarse por una prórroga, aunque la noticia ya había corrido de boca en boca, especialmente en los actos de protesta organizados por los trabajadores de la central, desde primeras horas de la mañana. Sebastián, cabeza visible del sector pronuclear del Gobierno, aseguró que tomar la decisión "no ha sido fácil" y en varias ocasiones se dirigió a los trabajadores de la planta, para asegurarles que el Gobierno "no les va a olvidar". De hecho, el ministro confesó que una de las razones que han llevado al Ejecutivo a prolongar su actividad hasta el 2013 es tener "un margen de cuatro años" para consensuar con la Junta de Castilla y León, empresarios y sindicatos un "plan industrial" que garantice el empleo a "cada uno de los trabajadores de la central". "Nuestro principal objetivo es la creación de un número de puestos de trabajo igual o superior a los existentes", apuntaló Corbacho. En Garoña hay unos 400 empleos directos y 600 indirectos.

INCONCRECIONES El proyecto, previsto en una orden ministerial que será aprobada hoy por el Consejo de Ministros, también abarca una mejora de las infraestructuras de la zona, el fomento del turismo y una compensación para los ayuntamientos que vean mermados sus ingresos. Sin embargo, por lo que dejaron entrever, se trata de un plan de intenciones, todavía sin concretar y sin una cuantía económica asignada. Así, Sebastián explicó que se destinará "el dinero que sea necesario en función de las empresas que deseen instalarse en la zona". La única inversión que anunciaron consiste en 100 millones de euros, que se destinarán a subvenciones.

La UE permite que se concedan ayudas a fondo perdido, hasta el 50% de la inversión de los emprendedores. Los ministros se tuvieron que enfrentar en tres ocasiones a la pregunta de si el Ejecutivo podrá enmendar su decisión la próxima legislatura, como se temen los partidos de izquierda y los grupos ecologistas. La respuesta de Sebastián fue siempre la misma: la orden establece las inversiones que, según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), tienen que realizar los propietarios así como los pasos necesarios para el cese de actividad. "Por tanto, no contempla un escenario reversible", concluyó. Sin embargo, el líder del PP, Mariano Rajoy, que consideró que cerrar la central es un "error y una decisión disparatada, capricho del señor Zapatero", anunció que, si es él quien gana las próximas generales, en el 2012, volverá a pedir un informe consultivo al CSN y actuará conforme a su criterio. Es más: aseguró que ese compromiso irá incluido en su programa electoral. El organismo regulador emitió en junio un dictamen por unanimidad a favor del mantenimiento de la planta durante 10 años más. Este pronunciamiento provocó que el sector nuclear rechazase de plano ayer la prórroga por cuatro años.

En su opinión, los técnicos han determinado que la central es segura y puede seguir operando hasta el 2019. Por contra, los ecologistas se acogen a diversas manifestaciones de Zapatero, que fijaban la vida útil de la planta en 40 años --aniversario que se cumplirá en el 2011-- para exigirle que cumpla su compromiso. El problema es que el programa electoral del PSOE era bastante impreciso y no fija qué se considera vida útil.

LOS RESIDUOS Por eso, Sebastián se mostró convencido de que el Gobierno cumple su compromiso. Justificó la elección del 2013 por motivos técnicos, ya que el almacén de residuos de Garoña se agotará en torno a ese plazo, y por razones económicas, para tener tiempo para recolocar a los trabajadores. Además el ministro prometió que el resto de centrales estarán abiertas al menos 40 años.