La decisión sobre la ubicación del almacén de residuos nucleares tiene visos de dilatarse indefinidamente. Pese a que todas las comunidades con aspirantes han dicho por activa y por pasiva que rechazan acoger el polémico cementerio, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que es "imprescindible" contar con el apoyo autonómico para instalar el silo. En esta tesitura, Zapatero apostó, como destino "preferente", por Zarra, en Valencia, mientras que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega desveló que el Gobierno busca el consenso con Valencia pero también con las otras comunidades afectadas. Esto significa que si después de las elecciones catalanas la Generalitat suaviza su oposición, el silo nuclear podría instalarse finalmente en Ascó (Tarragona).

Las palabras de ambos demuestran que la decisión ya no depende de criterios técnicos, sino políticos, puesto que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, elevó al Consejo de Ministros el pasado 17 de septiembre un informe que, en función de valoraciones técnicas, situaba a Zarra en el primer puesto, si bien a solo cuatro puntos de Ascó.

COLABORACION Varios miembros del Ejecutivo, entre ellos De la Vega, frenaron su decisión con el argumento de que, ante la negativa del Gobierno valenciano, primero es necesario contar con un informe jurídico sobre las competencias autonómicas en la materia. Zapatero, en una entrevista en RNE, señaló que para que se pueda consolidar "el sitio preferente", que es Zarra, se necesita "colaboración institucional".