Su comparecencia había generado mucha expectación. No solo porque era la primera tras las elecciones europeas, sino también porque cabía la posibilidad de que, por primera vez, se pronunciase sin tapujos sobre la central nuclear de Garoña, una vez que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitiera un informe a favor de la continuidad de la planta.

Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero solo ofreció una pista: se manifestará sobre el cierre de la instalación burgalesa "procurando mantener" su compromiso electoral, que apostaba por cerrar las nucleares al final de su vida útil. En el caso de Garoña, el tiempo para el que fue diseñada, 40 años, concluye en el 2011.

Y todo pese a que el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, le había pedido que acabase con la "ceremonia de la confusión" que reina en el PSOE, con declaraciones a favor y en contra de las nucleares, y dijese claramente qué va a hacer. Sin embargo, el presidente, quizá porque solo había trascurrido un día desde que se hiciera público el dictamen del CSN --favorable a que la central siga operando 10 años más si cumple 15 condiciones--, prefirió seguir con la ambigüedad. Eso sí, aseguró que ya está estudiando el informe y antes del 5 de julio, cuando vence la autorización, emitirá un pronunciamiento "motivado".

Sobre el sentido del mismo, tan solo subrayó por dos veces que su intención es "cumplir, siempre que sea posible, con los compromisos adquiridos".

El programa con el que el PSOE concurrió a las elecciones legislativas proponía asegurar la suficiencia energética con un modelo basado en el ahorro, la protección medioambiental y las energías renovables, y además apostaba por el cierre ordenado de las centrales cuando estas cumplieran su vida útil.

El problema es que la ley no marca qué se considera vida útil, y el sector nuclear pide que no se confunda con la duración inicial para la que se diseñó cada central. Zapatero se refirió indistintamente a ambos conceptos, y recordó que, en el caso de Garoña, el plazo expira en el 2011.

Asimismo, explicó que el Ejecutivo no solo tendrá en cuenta "la seguridad", que viene determinada por el dictamen técnico del CSN, sino también el "criterio general de apoyo a las energías limpias" y la suficiencia energética. En este sentido, subrayó que Garoña solo produce el 1,4% de la electricidad que se consume en España.

El sector nuclear prefirió no pronunciarse, con el argumento de que no hay nada nuevo en el discurso gubernamental, mientras la Confederación de Empresas del Metal consideró que el cierre de Garoña sería "dramático" para la industria.