Aún no habían llegado a la cumbre. Quizá ni siquiera le escuchaban, pero José Luis Rodríguez Zapatero lanzó ayer una contundente advertencia a los presidentes Barack Obama y Hu Jintao. "Debemos alcanzar un acuerdo aquí y ahora. Ni Estados Unidos ni China pueden fallar en esta cita histórica. No pueden eludir su responsabilidad ante todo el mundo", advirtió el presidente español ante las decenas de mandatarios que participan desde ayer en el plenario de la cumbre del clima.

La declaración pudo sorprender a algunos por su contundencia, pero hay que enmarcarla en la ofensiva de la UE para evitar que la cumbre acabe en un fiasco. El presidente recordó a los dos gigantes que la UE sí "ha asumido su responsabilidad" al comprometerse a reducir las emisiones hasta un 30% en el 2020 y a financiar "a los países con más necesidades" con 7.200 millones de euros en tres años, de los que 375 corresponden a España. También instó a levantar la vista más allá del debate egoísta que ha enfrentado estos días a ricos y pobres, para fijarse en lo que se juegan todos: "Gobernar el mundo o la Tierra juntos o dejar que cada uno intente salvarse a sí mismo, sin posibilidades de sobrevivir". Zapatero también se puso mesiánico. Hay que acordar una reducción "contundente" de las emisiones, dijo, para entrar en una nueva etapa de la humanidad en la que "los avances tecnológicos harán posible almacenar energía renovable y producida por los ciudadanos, por las comunidades de vecinos, lo que cambiará nuestra concepción de la energía, el poder sobre la energía y, en última instancia, muchas de las relaciones de dominación en el mundo".

CRITICA DE OENEGES No quiso olvidarse de las oenegés, marginadas en la cumbre pese a que fueron las primeras que reivindicaron un pacto contra el cambio climático. Ellas, dijo Zapatero, fueron quienes "movilizaron" al mundo. Pero no contentó a los ecologistas, que calificaron de "insuficiente y ambiguo el discurso" (WWF) o de "jarro de agua fría" (Oxfam).