El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer reformas legales para fijar la vida máxima de las centrales y regular la concesión de prórrogas, pero siguió guardándose en la manga un as: el Gobierno mantendrá la potestad última y plenipotenciaria de decidir cuándo cierra una planta.

Cuidadoso con las formas, Zapatero escogió la sede de las escuelas de verano de la fundación socialista Jaime Vera para lanzar su nuevo mensaje. Allí, y arropado por lo que en la jerga de los partidos se conoce como "cuadros jóvenes" (dirigentes con proyección futura), Zapatero insistió en cumplir con la apuesta programática del PSOE desde el 2004 en favor de las energías renovables y de una "sustitución progresiva de la energía nuclear" mientras no se encuentre una solución al problema de la eliminación de los residuos radiactivos.

UTIL Y DE DISEÑO "Tal y como se ha demostrado con Garoña, nada ni nadie interferirá en el cumplimiento de nuestro programa sobre energía nuclear", aseguró en clave ideológica. Fue entonces cuando anunció la decisión de introducir reformas legislativas que permitan "definir" qué es la vida útil de las centrales (fijada, por motivos de seguridad, en 40 años) y la vida de diseño, aquella que se le otorga a una nuclear cuando se construye en virtud de los materiales con los que opera. "Ninguno de estos dos conceptos están recogidos jurídicamente", se extrañó Zapatero en respuesta a la polémica que se ha vivido en los últimos días entre defensores y opositores de la energía nuclear. Estos últimos creen que la vida útil es la de diseño, lo que no daría lugar a prórrogas como la que el Gobierno acaba de dictaminar en Garoña.

El líder del PSOE amplió su propuesta de reforma a la "regulación de los periodos de prórroga" y a la obligación de añadir un estudio de impacto medioambiental al actual de seguridad. Sobre el primer tema, mostró, en tono irónico, su "sorpresa" por el hecho de que las prórrogas más largas se concedan cuando las centrales tienen más años. "La planta es más rentable una vez ya se ha amortizado la inversión, y no sabéis hasta qué punto es rentable", explicó para justificar la reforma.

Respecto a la inclusión del criterio de impacto medioambiental, Zapatero recurrió de nuevo a Garoña. "No es normal que ese informe sea preceptivo para hacer una obra menor y no lo necesite una central como Garoña, que es la que produce más residuos en España y para funcionar utiliza el agua del río Ebro".

Zapatero anunció que en otoño presentará al Parlamento la planificación energética del país hasta el 2030, a fin de conocer las necesidades futuras en este campo e incidir en el desarrollo de las energías renovables.