Un simple traje para hombre ha puesto en un aprieto a Zara en Israel, donde la empresa ha abierto 15 tiendas desde 1997, tiene unos 900 empleados y alcanza un volumen de ventas de 340 millones de dólares (unos 253 millones de euros) anuales. La cadena de ropa utilizó para su confección una mezcla de lino y algodón, lo que a ojos de la comunidad ultraortodoxa judía es un grave pecado. De hecho, este tipo de tela, conocido como sh´tanz, está terminantemente prohibido por el judaísmo, que lo considera un "híbrido" contra natura.

Según informó ayer el diario Maariv , Zara ha publicado varios anuncios en los principales medios de comunicación ultraortodoxos judíos en los que se disculpa ante esta comunidad. "La empresa lamenta el error y asegura a sus clientes en Israel, y en particular a los ortodoxos, que hará todo lo que esté en su mano para que no se repita el caso", se puede leer.

La mezcla prohibida se produjo en las líneas de fabricación, por lo que Zara pagará la revisión del sh´tanz, una práctica de muchos ortodoxos antes de vestir cualquier prenda, sobretodo si se trata de ropa de importación.