Un vecino de Olivares (Sevilla) es el principal sospechoso de la muerte de una veintena de animales, en su mayoría perros de caza, cuyos cadáveres fueron localizados el pasado mes en la vía del tren en un tramo de apenas tres kilómetros. Las asociaciones protectoras de animales y el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (Pacma) vincularon el suceso a la conclusión de la temporada de caza con galgo, dado que decían haber reconocido entre los cadáveres a varios de estos animales. Sin embargo, la Guardia Civil aún no confirma este extremo y mantiene abiertas todas las hipótesis.

Tras hacerse cargo de la denuncia, fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) han explicado que se investiga a un hombre como presunto autor de un delito de maltrato animal. Según señalan, el hilo conductor de la investigación se inicia tras el hallazgo del cadáver de una oveja encontrada en la vía del tren. La inspección del crotal que llevaba el animal llevó a la posterior identificación de las diferentes personas implicadas supuestamente en los hechos.

La investigación policial constató que entre los restos animales encontrados entre los kilómetros 11 y 14,6 de la vía del tren a su paso por la localidad de Salteras se encontraban además de la oveja un ejemplar de pastor alemán, un mastín y 13 galgos. En este caso, desde la Guardia Civil explican que eran precisamente dos ejemplares de esta raza los que aparecieron atados en medio de la vía del tren con un cordel de apenas dos palmos. Las pesquisas permitieron a los agentes del Seprona localizar en las inmediaciones del domicilio de la persona investigada el cadáver de otro perro más.

El caso fue denunciado públicamente por el Pacma, que detalló que algunos de los animales que encontraron aún estaban vivos, aunque una veintena de ellos estaban completamente destrozados y con miembros seccionados. Y apuntó que el estado de descomposición o incluso momificación de varios de ellos indicaba que se trata de una práctica continuada en el tiempo.

El delegado en Sevilla del Pacma, Javier Sanabria, explicó entonces que tras descubrir la masacre animal, denunciaron a los cuatro ayuntamientos (Salteras, Olivares, Espartinas y Villanueva del Ariscal), en cuyo término municipal aparecieron los canes, así como a la empresa pública Adif, responsable de las vías. “No es creíble que los maquinistas no vieran a los animales atados a la vía”. Según las pesquisas propias que realizaron, los vecinos les dejaron entrever que los responsables serían miembros de dos grupos de cazadores de la zona.