--¿Qué es más difícil, ser actor o político?

--Puedo decir qué es más agradable... Qué es más difícil no lo sé, son dos cosas muy distintas. (Piensa) Es más difícil ser político. No me habían hecho nunca esa pregunta (risas).

--¿Le ha costado meterse en la piel de Aquiles?

--Bueno, siempre cuesta un poco. Pero no es tanto meterte como entender en profundidad de qué va la función y lo que le ocurre al personaje. Cuando empiezo a entenderlo, empiezo a transitarlo y empiezo a buscar paralelismos. A mí me cuesta menos meterme que entender realmente de qué va la cosa, qué cuenta el personaje.

--¿Qué ha aprendido de Aquiles?

--Diría que me ha recordado la importancia de cuestionarse las cosas y una actitud hacia la violencia, me la ha reforzado y me parece muy bonito. Sin dejar de olvidar, por otro lado, que a esos terroristas solo se les combate reventándolos. Aquiles hace una diferencia muy clara: cuando vienen de fuera y quieren atacar a su pueblo, él va a ser una bestia parda y acabará con Daesh, con ETA, los reventará. Pero lo que no quiere es salir a invadir a los demás por motivos políticos, económicos, etc.

--¿Cuál es el punto fuerte de la obra?

--El foco puesto sobre lo que ocurre entre las escenas de La Ilíada , la intimidad de La Ilíada , y ahí lo que se cuenta es la guerra interna de los personajes. Lo interesante también es la posibilidad que se nos ha dado de arriesgar. Es un gustazo ver cómo se han atrevido a meter una música que es una locura, cómo nos han permitido hacer con el escenario lo que vamos a hacer, el vestuario, una cosa muy loca pero que tiene sentido... Creo que gustará.

--¿Qué espera del público?

--Del público de Mérida yo no espero nada porque ya lo conozco, sé que tiene una mezcla muy especial. Para mí lo válido realmente de Mérida es estar delante de un público experto pero que se sigue comportando como un niño. Y eso es brutal de bueno, porque estoy cansado de esos públicos expertos que están llenos de prejuicios. Aquí siempre he tenido la sensación de que el público es experto pero que no ha perdido las ganas de disfrutar lo que le ofrezcamos. Esa mezcla es un tesoro que no hay que perder.

--¿Qué se siente al volver al teatro romano?

--Ilusión, también responsabilidad. Cuando estuve era muy joven y tengo la sensación de que viví la experiencia pero a la vez me la perdí. Sé que ahora será más plena.