En los últimos días, la frecuencia e intensidad de la pregunta ha ido in crescendo . ¿Cómo acabará Los Soprano ? Elucubraciones aparte, lo que implica la mera existencia del interrogante es, probablemente, lo que más importa. La serie creada por David Chase, un fenómeno cultural que ha cambiado la historia de la televisión, acaba. Ocho años y medio después de su estreno, tras incontables premios que incluyen 18 Emmy --y 96 nominaciones--, después de haberse ganado un espacio en las enciclopedias de la pequeña pantalla como "probablemente la más compleja narrativa en la historia de la televisión americana", hoy se emite en EEUU el capítulo 86. Es, definitivamente, el último.

AGOTAMIENTO

"Tanto James Gandolfini el actor que ha encarnado a Tony Soprano, según algunos, el personaje más memorable de la historia de la televisión como yo teníamos una sensación de agotamiento", ha explicado Chase a The Washington Post . Chase cita Uno de los nuestros como su Corán e, igual que hizo en el primer capítulo, ha vuelto a ponerse tras la cámara en el último. Y ha rodado tres finales diferentes para proteger el secreto del desenlace. "Creo que sentimos lo mismo: nos gusta, pero implica una tremenda cantidad de trabajo. Lamento ver que se acaba, siento decirle adiós".

Como él lo sentirá, ante todo, la HBO, la cadena de cable que apostó por una serie que Fox había rechazado --inicialmente titulada Made in Jersey --, y cuyos efectos ahora se dejan sentir en incontables producciones para la televisión. Los Soprano fue la primera serie de televisión de pago que superó en audiencia a las de las cadenas en abierto, haciendo que un periodista de negocios llegara a escribir: "HBO tiene el primer megaéxito de la televisión que no está disponible para la mayoría de los espectadores".

Sin que importaran las limitaciones de audiencia, la serie logró la aclamación sin precedentes de la crítica, rendida ante la habilidad para combinar la intensa y gráfica violencia y el casi enfermizo encanto que despierta el crimen organizado con la empatía por personajes complejos, pero humanos y cercanos.

Los Soprano estableció también nuevos parámetros de calidad y creatividad que han marcado producciones posteriores como House y The shield, y que han hecho que se rindan a sus complejos encantos incluso los competidores. "Los Soprano ha subido el listón en calidad, en profundidad y en agudeza", ha asegurado John Landgraf, presidente de una cadena rival de cable, FX. "La serie es, sencillamente, una impresionante obra de arte".

VISION ALEGORICA

"Los Soprano parece haberse asegurado el influyente estatus de hito cultural", escribía ayer en el Post Tom Shales, que aseguraba que "la compleja y llena de oscuros matices saga del declive y desmoronamiento de un imperio de crimen puede ser vista como una alegoría de la caída de Occidente y el final de la supremacía global de EEUU en un nuevo mundo de cambio cultural, económico y político".

Desde el estreno en 1999, nunca han faltado declaraciones y análisis similares, reflexiones filosóficas y concienzudos estudios del trasfondo de una serie que se ha atrevido a diluir las fronteras entre el bien y el mal y a romper las convenciones de la televisión actual.

Chase, por ejemplo, tiró por la borda la idea de que todo debe quedar perfectamente claro, perfectamente cerrado, y apostó por una serie mucho más fiel a la complejidad de la vida real. Por eso, esta noche, nadie sabe qué encontrará cuando sintonice HBO. Lo único seguro es que tendrán un final.