El galardonado director Alberto Rodríguez, con su equipo habitual, y el actor Paco León, en un inesperado cambio de registro, son las bazas seguras con las que Movistar+ se lanza a la producción de ficciones propias. Un reto ambicioso en el que la cadena invertirá 10 millones de euros para la primera temporada, una de las cifras más elevadas de series en España, lo que demuestra el interés del grupo por ampliar su oferta de contenidos a fin de mantener su cuota de mercado en el panorama nacional tras la irrupción de nuevas plataformas.

Corre el año 1587 y una epidemia de peste recorre una Sevilla con múltiples claroscuros: una ciudad convertida en la gran metrópoli de Europa gracias al comercio con América, donde hay mucha riqueza pero también mucha miseria, esclavos, explotación infantil y un duro papel de la mujer sometido a estructuras masculinas.

Amén del choque entre fe y razón. Un escenario perfecto para que Rodríguez siga profundizando en la naturaleza humana a través de personajes poliédricos. “La ciudad era todo orden, pero también caos, y los personajes tienen al fin y al cabo los mismos deseos y contradicciones que podemos tener en el siglo XXI”, señala Rodríguez, quien para demostrar la vigencia de esas pulsiones -y el exhaustivo proceso de documentación histórica-- subraya: “Menos del 20% de la plata de América llegaba a las arcas del Estado. ¿Dónde se perdía?”.

THRILLER HISTÓRICO

Y es que, como uno de los personales reflexiona en la serie, ‘la peste estará siempre porque es el hombre’. Es “la condición humana”, apunta Rafael Cobos, coguionista de la serie y habitual en el equipo de Rodríguez. El director de ‘El hombre de las mil caras’ explica que la idea surgió paseando por la ciudad y fantaseando acerca de cómo sería Sevilla en la época en que fue capital del mundo, aunque poco a poco la idea fue derivando hacía el thriller.

El argumento se centra en un exmilitar prófugo, Mateo (Pablo Molinero), que cuando regresa a Sevilla para tratar de sacar de la calle al hijo bastardo de su mejor amigo, Valerio, recibe el encargo del comendador Celso de Guevara (Manolo Solo, conocido por 'La isla mínima', 'B, la película') de resolver una serie de misteriosos asesinatos de prohombres de la ciudad. Les acompañan en la aventura Sergio Castellanos ('Los protegidos', 'Toledo'), Patricia López Arnáiz ('El guardián invisible', 'La herida'), Nya de la Rubia ('Mar de plástico) y la debutante Lupe del Junco.

Serán seis capítulos de 50 minutos de duración que tendrán un desenlace, aunque algunos cabos sueltos permitirán retomar el proyecto en una segunda temporada si acompaña éxito de crítica y espectadores, resalta Domingo Corral, director de Ficción Original de Movistar+. De momento, aunque solo se podrá ver en esta plataforma hay ya contactos con diversos distribuidores, entre ellos de Estados Unidos, para exportar esta producción que se podrá ver ya a finales de este mismo año.

REFERENCIAS VISUALES

El ritmo de trabajo será similar al de las grandes producciones americanas, y se irá rodando como si fuera una película, por lo que todos los capítulos se irán montando al mismo tiempo. No obstante, la preproducción está ya muy adelantada, y a medida que se vaya rodando tanto en Andalucía como en Extremadura, se irán incorporando los efectos digitales necesarios para que el espectador “sienta mucho el espacio donde transcurre la serie y la vida alrededor”, apostilla el director, que reconoce más bien referencias visuales que series o películas como fuente de inspiración.

Rodríguez afirma que quiso contar con caras nuevas para esta primera incursión por la puerta grande en la ficción televisiva, aunque la sorpresa viene de la mano de Paco León, que abandona cualquier registro cómico para convertirse en Zuñiga, un ‘bon vivant’ algo turbio con muchas caras. El actor sevillano no oculta el choque con anteriores series. “Claro que lo noto, desde el presupuesto como en el concepto”, apostilla, para reflexionar a continuación acerca de que esta serie tendrá un hueco no solo entre el público generalista sino también, y especialmente, en el espectador de series "de morro fino", más educado y exigente en los últimos años tras el auge de este tipo de ficción.