-- ¿Herederos y Desaparecida son las series que andaban buscando?

--Pues sí. Poder decir que cada semana más de 10 millones de espectadores ven las ficciones de TVE-1 es algo que hacía mucho que no pasaba. Creemos que son ficciones de calidad, al margen de lo subjetivo del gusto, y de producción sólida.

--Ambas son melodramas. ¿Va a ser una marca de fábrica?

--Nuestras series se tienen que reconocer, y uno de los criterios ha sido que se distingan por el discurso, por la forma de retratarlas y por el contenido. Hoy por hoy, la tendencia general es la comedia de distintos tipos, pero nosotros pensábamos que el drama y el melodrama se habían intentado introducir en algunas series pero no se habían afrontado como plan uniforme.

--En el terreno de la información, ¿cree que han conseguido llegar a unos telediarios independientes?

--Pienso que sí. Hoy se puede decir con orgullo por parte del equipo que lo hace, más que por nosotros, que los informativos tienen una línea de independencia, de profesionalidad y de rigor. Esas tres líneas tienen que marcar, dentro de un panorama en el que a veces se abusa del informativo espectáculo, nuestra apuesta por la formalidad.

--¿Finiquitar Línea 900 forma parte de esta nueva política?

--Creo que la polémica que ha surgido es culpa de no habernos explicado bien. Línea 900 es un programa emblemático de la televisión pública, pero necesitaba una revisión, pues cubrió una etapa y estaba dando señales de debilidad. Por eso hemos cogido a parte del equipo del programa y lo hemos incluido en un nuevo espacio de reportajes y documentales que emitiremos en TVE-1, y no en La 2.

--¿Qué van a presentar en los próximos meses?

--Preparamos una serie de tipo histórico, un poco en la línea de Amar en tiempos revueltos . Esa atención a la memoria y a la ficción de época la vamos a mantener en la tele pública. Seguramente en febrero estrenaremos una serie semanal centrada en los años 20, con una gran familia en un entorno convulso, con los enfrentamientos sociales de la época, intentado repasar la historia desde una forma cercana al espectador. Otro de los caminos que ya hemos iniciado es intentar sustituir al culebrón latino de la tarde, una especie de compromiso que teníamos y para lo que estamos preparando un proyecto que se estrenaría en mayo del que aún no se puede decir mucho. Sería una telenovela diaria que constituiría nuestra apuesta definitiva por la ficción española.