Gloriosa sesión de El guiñol (C+) la del martes. Celebró sus primeros siete años de vida emitiendo todas las parodias de películas famosas que los muñecos han interpretado durante este tiempo. Vistos ahora estos trabajos, en diacronía y de golpe, se constata que no es un programa de tele lo que han hecho: es una magistral y cáustica síntesis histórica de nuestro tiempo, a través de las criaturas políticas más emergentes.

De todos los filmes parodiados, resaltemos el duelo de El bueno, el feo y el malo que interpretaron los muñecos Mayor Oreja, Rato y Rajoy. O sea, los herederos se jugaban la sucesión en plan western . Lo más hermoso, no obstante, no fue saber quién desenfundó primero.

Lo picante, lo iridiscente, fue la imagen que remató la historieta: nos pusieron la egregia estampa familiar de Aznar y Ana Botella sentaditos en su tresillo de la Moncloa, frente a la tele, mirando precisamente este duelo de los tres herederos. ¡Ah!, qué enorme desazón le entró a Aznar entonces.

Al ver que sus delfines se disputaban su herencia a golpe de pistola, le sobrevino una gran tristeza. Y dirigiéndose a su esposa, murmuró con dolor: "¿Qué será de España sin nosotros, Ana?" Desolador panorama, sí señor. Pero la respuesta de Ana fue contundente. Mirando a su esposo de reojo, advirtió: "¿Sin nosotros? En este salón sobra uno, José, y en sus hermosas pupilas brillaba un pragmatismo feroz. Pobre José.