Sólo el rey Mohamed VI y el atleta Hicham El Guerruj son hoy por hoy en Marruecos más populares que Shumisha, la marroquí que desde hace cuatro años presenta un programa de cocina en 2M, la segunda cadena de televisión del país (dial 316 de Digital+). Los fogones han convertido en una estrella mediática a esta mujer de espíritu moderno y hablar desenfadado, que nunca había estudiado cocina y que acabó en una emisión culinaria por una cuestión de puro azar.

"Doblaba anuncios y un día me plantearon la idea de presentar un programa de cocina", recuerda Shumisha, cuyo nombre se traduce como Solete. "Yo propuse --añade-- hacer un espacio para la mujer marroquí de hoy, que, como yo, trabaja, está casada y tiene hijos. Mi objetivo era ayudar a ese tipo de mujer, proponiendo platos sencillos, económicos, rápidos de hacer y que deleitasen a la familia".

Cuatro años después, la receta ha funcionado y ella repite en Marruecos el fenómeno de Karlos Arguiñano, en Tele 5. Shumisha Shafay tiene hoy un club de fans, sus tres libros de cocina son líderes de ventas y las empresas de electrodomésticos pujan por patrocinarla. "Creo que mi éxito --explica-- radica en que no soy un chef que impone respeto, sino una mujer normal. Las telespectadoras se identifican conmigo. Muchas veces digo: ´Es la primera vez que hago este plato; así que, si a mí me sale, a vosotros también´".

Ahora, además de su programa diario Las delicias de Shumisha, presenta uno semanal sobre la variedad de platos de todas las regiones de Marruecos. Todo un reto. "Intentamos salvar el enorme patrimonio culinario, que está en peligro", dice.

LOS ESTEREOTIPOS

Shumisha lamenta que la cocina marroquí esté estereotipada en el cuscús y el tayín (estofado) de cordero. "Esa es la cocina de fiesta, pero nuestra gastronomía es mucho más", afirma y, para probarlo, asegura que en sus investigaciones ha contabilizado 110 recetas de cuscús, y otras tantas de ensaladas y sopas. Una selección en la que también cabe el mestizaje. A modo de ejemplo, asegura que "el toque agridulce de muchos platos marroquís es herencia de los moriscos expulsados de España tras la Reconquista".

"Intento --señala-- que las marroquís cocinen con menos grasas. Que vuelvan a la cocina tradicional, más dietética, pues está hecha con verduras y usa mucho más las hierbas aromáticas que las especias".

Shumisha está abierta a todas las influencias y ha enseñado a las marroquís platos tan españoles como la paella, los pimientos rellenos y la tortilla de patatas. Pero su orgullo es la cocina de su país. "Cuando estuve en Barcelona --recuerda-- me encantó ver que un plato tan marroquí como el pollo al limón estaba en el menú del Hotel Arts".