El miniculebrón del verano en la televisión pública británica tiene como protagonista a un hombre, cuyo derrocamiento ha dividido al mundo: House of Saddam (La casa de Sadam) una serie dramática de cuatro capítulos sobre la vida privada de Sadam Husein. La BBC-2 emitió el pasado miércoles la primera entrega de esta producción, que los críticos han comparado con Dallas, El padrino o mejor aún, con "Los Sopranos, pero sin los chistes".

Al igual que Tony Soprano, Sadam fumaba puros y trataba de conjugar los líos de familia con las conspiraciones y asesinatos propios del cargo, para terminar la jornada relajándose con su camarilla y alguna rubia en algún club de élite. Y como el mafioso de New Jersey, Sadam tenía una madre temible, de ojos duros y aterradores.

VISION INTIMA DEL TIRANO

La serie, que se estrenó con una excelente audiencia (2,7 millones de espectadores y un 13% de cuota, un punto menos que el Gran hermano de Channel 4) se inicia en 1979, con la llegada de Sadam al poder tras eliminar a los primeros opositores, y concluye con su ejecución en el 2006. "Queríamos ofrecer una visión íntima del responsable de uno de los regímenes más terroríficos del mundo y explicar cómo utilizó el miedo y la violencia para dominar el país", afirman sus creadores, Alex Colmes y Stephen Butchard, que durante dos años se documentaron y se entrevistaron con conocidos de Sadam.

Bien recibida en el Reino Unido, la serie, rodada en Túnez y producida por la BBC y la cadena norteamericana HBO, se mueve "entre el drama shakesperiano y una película de gángsteres", según sus autores.

A la polémica de utilizar un cadáver aún tan fresco y polémico, se suma el hecho de que el papel de Sadam sea interpretado por un israelí de origen iraquí. Igal Naor, de 50 años, que vive cerca de Tel-Aviv, estuvo a punto de perder la vida durante la guerra del Golfo en 1991, cuando Sadam lanzó sus misiles contra Israel. "Era un monstruo sangriento y cruel, pero también un héroe trágico", comenta Naor. "Creo que puedo comprender mejor lo que pasa en Oriente Medio que un actor británico o americano" señala, sin olvidar que, "como israelí, Sadam era un enemigo".