La directora de RTVE, Carmen Caffarel, garantizó ayer que "ni un solo empleado" será despedido del ente, apostó por un gran acuerdo con las fuerzas políticas y sociales en torno al plan de saneamiento y expresó su intención de persuadir a los sindicatos de la "inconveniencia" de la huelga convocada para el 5 de abril.

Durante su comparecencia en la comisión de control parlamentario de RTVE, Caffarel recordó que el plan de viabilidad del ente público prevé reducir su plantilla en un 39% --más de 3.000 empleados--, pero "todas las bajas se producirán con una compensación económica. O jubilaciones anticipadas o bajas voluntarias incentivadas".

A preguntas del diputado popular Juan José Matarí, la responsable de RTVE rechazó que el plan de saneamiento consista sólo en un recorte laboral, "como los planes anteriores", ya que persigue "una transformación para crear una empresa sostenible a largo plazo".

Ahora "hay una estructura desproporcionada, unas pérdidas desmesuradas y una plantilla insostenible". Por ello "es necesario reinventar la radio y televisión públicas españolas, dejar atrás el mastodonte heredado de tiempos del monopolio y poner en pie un servicio público eficaz y eficiente", añadió.

En este contexto apuntó a que hay que respetar los derechos de los trabajadores, aseguró que negociará con las partes hasta el "agotamiento" y avanzó que intentará "persuadir" a los sindicatos de la "inconveniencia" de la huelga convocada para el próximo 5 de abril.

Con el fin de que este plan "funcione, se necesita el consenso social y político", insistió Caffarel. "Es necesario un gran acuerdo, abordar la deuda más de 7.000 millones de euros, ajustar la plantilla y acabar con una estructura obsoleta".