El ganador del concurso Fama ¡a bailar apareció enfundado en una camiseta diseñada por su hermana que resume la postura vital del joven italiano: Me da igual. Jonathan forever. Ese lema le ha acompañado durante su solitaria estancia en la academia y le ha ayudado a soportar el vacío que le hicieron los compañeros. "Reconozco que soy un poco chulo, pero para conseguir cosas en la vida hay que ser chulo. Ya sé que hay gente a la que le parecerá mal lo que digo, pero me da igual", aseguró el italiano, señalándose la camiseta con su rostro inscrito y el lema.

Jonathan tiene claro que la gente le votó porque es una "persona real". Con indiferencia digirió las malas caras de algunos compañeros cuando le dieron el premio de 30.000 euros para que estudie baile donde quiera.