Los niños chinos solo podrán ver dibujos animados nacionales a partir de septiembre, cuando entra en vigor la nueva ley que persigue potenciar su sector de animación. La prohibición a las producciones extranjeras alcanza desde las cinco a las ocho de la tarde, que es cuando la mayoría de niños se sienta ante el televisor.

La normativa actual ya obliga a que un 60% de los dibujos emitidos sean chinos. La restricción se cumple en la televisión estatal y se ignora en las locales, lo que ha llevado al Gobierno a extremar su control.

´LOS SIMPSON´

Producciones de tanto éxito como los Teletubbies , Los Simpson , El Ratón Mickey o Shin Chan saltarán de la parrilla en breve. Aunque son muchos los niños que siguen la serie nacional El Rey Mono , la mayoría de las más vistas son extranjeras. Una encuesta reciente revelaba que el 80% de ellos las prefiere a las chinas, de peor calidad y con menos violencia.

El Gobierno ha creado últimamente 15 centros de animación para potenciar la industria, donde la mayoría de factorías están subcontratadas por firmas como Disney o Warner Bros. Sectores como el cine o las revistas sufren restricciones parecidas. El evidente efecto secundario es que los niños estarán menos contaminados por el exterior. Las gamberradas de Shin Chan ya habían provocado las protestas de los más puristas.

Las televisiones programan dibujos extranjeros porque son más atractivos y baratos que los chinos. Solo los canales nacionales pueden pagar los 60 o 100 euros que cuesta un minuto emitido. En el otro lado, Transformers , serie de EEUU, fue ofrecida gratis y sus creadores ganan millones con su mercadotecnia.

La japonesa Astro Boy fue en 1981 la primera serie extranjera emitida en China. La industria nacional casi había desaparecido en la década siguiente, ahogada por el monopolio foráneo, lo que precipitó las primeras restricciones en el 2004. Solo en el 2005, la producción china sumaba 42.759 minutos, tantos como entre 1993 y el 2002.

UN MERCADO POTENTE

China es el mercado más apetecible para las realizaciones de animación, con 250 millones de niños, lo que le convierte en un objetivo para las poderosas producciones estadounidenses y japonesas. Una encuesta indicaba que el 96,3% de menores entre 12 y 14 años ve dibujos animados regularmente por televisión. Ahora, con esta decisión, el Gobierno chino reacciona para proteger sus producciones ante la invasión de los dibujos animados extranjeros.