--Antes de entrar en el libro, ¿qué pasó con José María García?

--Todos tienen derecho a hablar y todo el que lo desee a escucharlo. Y esa es la única manera de saber dónde está cada uno y quién es. El problema no son las palabras. El problema son los tiros y la violencia. Hice la entrevista y no percibí, y tengo alguna experiencia, insultos ni descalificaciones o ataques a terceras personas. La envié a Madrid y estuvieron todo el día pensando, sin consultarme, y tomaron la decisión de dar solo unos minutos. Pusieron ese famoso cartelón que tanta tristeza produce y tan malos recuerdos nos trae.

--¿Por qué entrevistó a García?

--Era una entrevista que llevaba dentro la tensión de un momento de la historia de España donde un comentarista deportivo era decisivo en los medios, y pensaba que era un retrato de la vida española, de las tripas del poder, interesante para los espectadores. Conociéndole, consideré que estuvo comedido.

--¿Se sintió censurado?

--Me sentí maltratado, no me sentí respetado. Sentí que daba la impresión de que no conocían mi trayectoria profesional, que nunca ha ido orientada precisamente a la búsqueda del escándalo, sino a la búsqueda del arte, de la belleza. Yo me planteo siempre primero la ética de lo que hago, luego que sea útil para la gente, que sirva para algo, y en tercer lugar, que sea bello.

--¿Cree que aquella entrevista le costó el programa?

--Cuando en la emisión siguiente dije tres veces que no estaba de acuerdo con la decisión, sabía que esa era la última vez. Porque hay gente que confunde la lealtad con la obediencia o la adhesión, y yo la lealtad se la tengo a los espectadores, a los oyentes, a quienes he dirigido todo lo que he hecho en mi vida, las 5.000 entrevistas que he realizado.

--¿Cómo ha seleccionado las 24 que ha incluido en el libro?

--Aparte de algunas que se pueden considerar históricas, La Pasionaria, Borges, Jesús Gil... Lo demás he buscado gente sabia, profunda, inteligente, los mejores de la música, los más profundos, en algún momento los que más venden, como Antonio Banderas o Rocío Jurado.

--¿Qué entrevistado prefiere, el que da exclusivas o el que emociona?

--Sin duda el entrevistado que me emociona. A mí me llega el arte por la vía de la emoción.