El emperador de Marte ya está aquí (Xavier Sard , Crónicas marcianas , T-5). Comienza su séptimo año de gloria consecutiva. Ha llegado de vacaciones con una barba hermosísima. Y mirándonos fijamente nos ha dicho: "Nuevo look . Nuevos tiempos. Llevo barba por Mariano Rajoy". Y el cachondeíto era superlativo. Luego sacó un dedo de debajo de la mesa. Un dedo enorme. Un índice de cartón, porespán o quizá papel maché. Con su uña y todo. Muy conseguido. Y haciendo ver que era Aznar, dijo que iba a señalar al heredero. Y el agraciado ha sido Boris Izaguirre. Y el cachondeíto seguía mientras Sard , satisfecho, miraba al tendido, observaba reír a su público, y una gran satisfacción le invadía. Ha sido un arranque muy bonito.

Luego llegó la rutina. El artista se afeitó la barba para volver a ser él mismo. Y Boris, y Latre y Cárdenas y Deltell..., o sea, las habituales criaturas, fueron desfilando como si el verano no hubiera sucedido. Todo era lo mismo. Ni siquiera salió la esperada Raquel Morillas, que tenía que salir a enseñarnos sus cicatrices pero que reservaron para otra madrugada para mantenernos el morbo en vilo.

En suma, que aunque es verdad que cuando un negocio funciona lo mejor es tocarlo poco, o sólo con pinzas, lo de Marte parecía una repetición de sí mismos.

El único que ha hecho algo distinto ha sido Boris Izaguirre, que en lugar de enseñarnos su artístico micropene enseñó a público y telespectadores cómo le ha quedado el cuerpo después del lifting de tetas, barriga y michelines. Ha quedado divino.

Le cabe a Sard la satisfacción, eso sí, de esos primeros 10 o 12 minutos con la coña de la barba de Rajoy y el dedito de Aznar. !Ah! Es su cuota de progresismo comprimido. Comienza la temporada y cree que haciendo esta bromita queda investido como progre hasta el próximo julio. Hombre, para sarcasmo político, el de El guiñol de C+. Esos lo practican cada noche. Y no se afeitan al cabo de 10 minutos.