Cuentan que, en 1997, cuando Michael Doohan acumulaba ya cuatro de los cinco títulos mundiales de 500cc que acabaría conquistando, entró un día en su boxe y, de la mano de Jeremy Burgess, el técnico que ahora está con Valentino Rossi, arrancó de un tirón una de las cámaras on board que llevaba su Honda y la pisoteó. Según Doohan, ese lente le había hecho perder algún segundo en su vuelta rápida. Cuentos chinos, pensaron los telecos y técnicos de la compañía Dorna TV.

La anécdota hizo que la organización del Mundial de motociclismo, en manos españolas desde 1992, decidiese que, desde entonces y hasta hoy, la retransmisión televisiva de los grandes premios sería lo más importante. El reglamento, la organización y el día a día de las carreras está sometido al lucimiento televisivo, sin entorpecer el desarrollo de las motos.

El Gran Premio de Cataluña, que se ofrecerá íntegramente mañana por TVE-1, tendrá 117 cámaras (90 de ellas on board, es decir, en las 17 motos de MotoGP), un número algo superior al habitual, pero no mucho más. Dorna TV, que desplaza a cada carrera 39 toneladas de material, mantiene conectados en directo a 60 canales, ofrece 300 horas de televisión cada fin de semana y cablea cada trazado del Mundial con 25 kilómetros de cable fibra/triax. La extensión de un circuito (el Mundial visita 14 países y 18 trazados) viene a representar 50 campos de fútbol, unas 119 hectáreas.

SECRETO ABSOLUTO

Los 120 profesionales desplegados por Dorna TV, que utiliza la más alta tecnología, empezando por la alta definición (la F-1 aún no la ha incorporado) y terminando por el sofisticado sistema Final Cut Server de Apple, capaz de editar en milésimas de segundo todo tipo de imágenes digitalizadas y archivadas, trabajan estrechamente ligados a las fábricas (Yamaha, Honda, Suzuki y Ducati). Su objetivo es completar las imágenes de la veintena de cámaras fijas de cada circuito con casi un centenar de minúsculas lentes en las motos.

"Costó mucho que las fábricas del Mundial confiasen en nosotros", señala Manel Arroyo, máximo responsable de Dorna TV, "pero era normal, porque se trataba de que nos permitieran meternos en el corazón de sus motos" y seleccionar, añade, sus datos "más destacados para ofrecérselos a millones de telespectadores de todo el mundo".