Berto Romero protagoniza junto a Eva Ugarte Mira lo que has hecho, comedia cuya primera temporada completa ofrece Movistar+ a partir de mañana.

-¿Cómo catalogaría ‘Mira lo que has hecho’?

-Todo el registro de la serie es muy naturalista; en general, nos movemos en terrenos que remiten mucho a situaciones más o menos plausibles. Pero luego, evidentemente, es una ficción y forzamos las cosas. Hay momentos que obedecen a una anécdota que me pasó y que no llegó tan lejos, y eso sí que nos lo podemos permitir en la serie para que sea más incómoda. Jugamos con dos barajas: hay momentos de comedia un poco transgresora y otros de comedia naturalista.

-¿Como la clásica discusión de a quién se parece más el bebé, si al papá o la mamá?

-No. ¿Sabe que dicen que se parecen siempre al papá por una cuestión evolutiva? Luego, cambian.

-¿Era una serie pensada para Movistar+ o ya la había propuesto a otras cadenas?

-No. Tiene un recorrido muy específico y siempre ha sido con Movistar+. Nace de un libro, Padre, el último mono, sobre la maternidad, en el que escribí los prólogos de cada capítulo narrando mi propia experiencia. Y eso derivó en un proyecto que presentamos en su día a Canal+. Yo no me había implicado tanto, pero cuando lo llevamos a Movistar+ empecé a meterme hasta la cocina y a creérmelo.

-¿Es un manual de autoayuda?

-No, porque no pretende sentar cátedra, ni dar ninguna respuesta, ni solucionar nada: al contrario. Retrata un momento de la vida de las personas que es muy interesante, porque todos los momentos en la vida que son muy trascendentes son muy graciosos y te ponen en situaciones en las que supuestamente tienes que hacer las cosas bien. Es como cuando cumples 18 años y te dicen: «A partir de ahora, si haces algo jodido en la calle, vas a la cárcel». Es tu responsabilidad. Ahí la vida se pone divertida.

-Y con un hijo también...

-Sí, porque es como decir: «Ojo con lo que haces ahora, porque ya no te afecta solo a ti y puedes estropear a esa persona». Toda la familia, que a lo mejor te había dejado de molestar, vuelve a entrar en tu vida y te empiezan a decir cómo hacer las cosas para ayudar… La presión aumenta, la pareja también se tambalea, porque pierde su espacio... Son momentos muy divertidos. Lo bonito de la comedia es retratar esa situación de tensión y de no saber qué hacer. No hay manuales sobre la paternidad. Nadie tiene la razón y todo el mundo opina. El suelo se abre bajo tus pies y es ese momento el que queremos retratar.

-Como cuando los abuelos explican que, con ellos, tu hijo se porta bien y que a ti te trata como al pito del sereno…

-No hemos llegado ahí aún, porque nuestro hijo es muy bebé en esta primera temporada. Pero llegará, por supuesto.

-Ser creador, guionista y protagonista debe de ser un gran caramelo para usted.

-Sí, me lo he regalado yo, porque tenía dos opciones: esperar a que alguien lo hiciera o hacerlo yo. Pensé que iba a hacerlo yo, porque imagínese que espero y no se le ocurre a nadie. A veces hay cosas que, si hablas desde el corazón y desde las tripas, las tienes que explicar tú. No es tampoco por una cuestión de ego. Tengo que decir que he escrito este guion y he cuidado más el personaje de Eva [Ugarte] que el mío. Ella es la gran protagonista de la serie, mucho más que yo. Yo he escrito esta ficción de forma muy intuitiva, y estoy muy contento de ello, con mucho oficio y cuidando mucho la forma.

-¿Cuánta trama hay inventada y cuánta real en el guion?

-Ese es un ejercicio bastante estéril que no nos lleva a ninguna parte, porque me gusta dejar que ese juego y ese misterio esté ahí para que el telespectador pueda pensar en si es verdad o no. Y, seguramente, se equivocará. No tiene importancia. Lo que sí la tiene es que todo está explicado desde una base real. Si mi vida fuera digna de rodar una serie, hubiera metido las cámaras en casa. Pero no lo es.