Un chihuahua que ha tomado el control de la casa. Un pastor alemán al que su dueña no puede pasear tranquilamente por la calle sin que la arrastre de un lado a otro. Un sharpei que no entra en el veterinario si no es a rastras. Estos son algunos de los complicados casos a los que se enfrenta cada viernes Borja Capponi, un encantador de perros a la española, en el programa Malas pulgas de la cadena Cuatro.

Este adiestrador de canes madrileño, con orígenes italianos por parte paterna, lleva 15 años dedicado a educar al mejor amigo del hombre y, sobre todo, a sus dueños. "Hay gente a la que es muy difícil hacerle entender que sus mascotas son animales. Creen que razonan igual que las personas", asegura. "El 95% de los canes se pueden rehabilitar. Lo complicado de mi profesión es enseñar al dueño cómo tiene que convertirse casi en perro para que el animal sea equilibrado", añade.

¿Y cómo se convierte uno en perro? "Hay que entender su lenguaje corporal como, por ejemplo, la posición de las orejas. Porque te puede estar avisando de que te va a morder y tú no te das cuenta. Y la gente tiene que aprender eso antes de coger a un animal. No lo podemos coger solo por su belleza", remarca con insistencia Capponi, que se irrita cuando recuerda los "trajecitos" y múltiples accesorios de moda con los que algunos dueños adornan a sus mascotas.

El, que vive con seis canes, confiesa que siempre ha tenido mano con estos animales y que de pequeño se acercaba "más de la cuenta" a ellos. De hecho, en Malas pulgas ya hemos visto que ha sido víctima de algún mordisco de sus estresados alumnos. Aunque asegura que se ha llevado menos dentelladas de las que la gente se imagina.

La comparación con César Millán, presentador del genuino El encantador de perros , es inevitable. "Me hace mucha ilusión que me comparen con él. Es un fuera de serie. Ojalá un día podamos compartir algún programa y hacer un pique para ver quién es el que rehabilita antes a los canes", dice entre risas.

EXITO INTERNACIONAL

El éxito del espacio del adiestrador mexicano afincado en Estados Unidos ha popularizado diferentes versiones de programa en todo el mundo, como Mi perro o yo , con la británica Victoria Stilwell, que también ha emitido Cuatro. "No es que haya uno mejor ni peor, lo importante es el bien de los animales", aclara Capponi, que, sin embargo, deja entrever su debilidad por Millán: "Ha sido de los primeros en demostrar al mundo algo nuevo: cómo rehabilitar perros con conductas extremas".

Y Capponi, admirador del "grandísimo" Millán, tampoco se amedrenta ante los retos difíciles: "Yo nunca doy un perro por perdido". Entre todos los casos que ha tratado, destaca el de una perra, mestiza, procedente de un refugio de animales y que había sufrido malos tratos. "Hace tres meses que la tengo en casa y ahora empieza a mover la cola y a hacer cosas de perro. Porque no sabía ser un perro", dice. Esta será una de las historias que se verán próximamente en el programa. "Estoy muy orgulloso de que haya progresado tanto", cuenta.

El adiestrador explica que, en ocasiones, su relación con los propietarios de los animales pasa casi del odio al amor, sobre todo, con las personas mayores, que llegan a consentir demasiado a sus mascotas. "Es que con un día de trabajo les cambia la vida --señala--. Día a día veo a perros muy agresivos porque los dueños les dan tanto afecto y, sin embargo, no les dan una orden jerárquica, que los animales enseguida notan que son ellos los jefes", comenta.

El presentador de Malas pulgas , que también es batería en el veterano grupo de hard blues rock Tea, es consciente de que muchos propietarios no pueden dedicarle a sus mascotas el tiempo que necesitan. Por eso, aconseja: "Si vives en un piso de 40 metros cuadrados y estás todo el día en el trabajo, decántate por un gato".

Por cierto, ¿y para cuándo un encantador de gatos ? "Ojalá que salga uno pronto. A mí me encantan los gatos. ¡Y eso que soy alérgico!", añade Capponi.