Rosa está dispuesta a todo para convertirse en actriz. Incluso pisando a los demás. Bárbara Lennie, que da vida al personaje, se alegra de no haberse cruzado con alguien así en su trayectoria. A sus 25 años, esta madrileña ya tiene experiencia en cine (Obaba, Las 13 rosas ) y televisión (Cuenta atrás, Aguila Roja ).

--Rosa utiliza a los demás en su beneficio. Usted, que la interpreta, ¿le ve virtudes?

--Yo defiendo al personaje a muerte, y no lo juzgo. Para sobrevivir, se busca las castañas. Es una mujer lista que aprovecha las armas que tiene. Por supuesto que tiene cosas buenas: es una mujer valiente, emprendedora y que quiere realizar sus sueños. Todas esas cosas son valores importantes para mí. Hacer el personaje de la buscavidas, la que pasa por encima de los demás para lograr sus objetivos, es muy divertido, más que hacer de buena.

--Su relación con Estela del Val (Cayetana Guillén Cuervo) se asimila a la de las protagonistas de Eva al desnudo. ¿Se inspiró en la película?

--Sí que era uno de los referentes que nos dieron, por esa cosa de la aprendiz que quiere llegar a suplantar a la gran estrella. Es una relación interesante que estamos todavía descubriendo. Llegará un momento en el que empezaremos a trabajar un poco a la par y ella me dejará espacio para acercarme de una manera más de mujer a mujer.

--Rosa echa mano de artimañas para abrirse camino como actriz. ¿Ha conocido a gente así en su profesión?

--Eso es algo que se da en todas las profesiones. Por suerte no me he encontrado a nadie así. Me gusta que la serie intente mostrar un oficio que es muy difícil de retratar, que tiene un lado muy bonito y otro muy duro, en el que hay que luchar mucho, hacerte un espacio, tratar de aprender, lograr la aprobación de los demás, en el que juegas con las vanidades y a exponerte... Pero es que Rosa no quiere ser actriz, sino una estrella. Esa es la ambición del ignorante. Poco a poco irá aprendiendo que la vida tiene sus fases.

--Amar en tiempos revueltos está ambientada en los 50, época en la que no estaba muy bien visto eso de ser actor...

--Sí, he leído biografías de actores y era una decisión muy complicada. Los cómicos nos hacían reír, pero su forma de vida, esa cosa bohemia que tenían, parecía una marcianada absoluta. Y si encima eras una mujer soltera a mediados de los años 50, lo tenías muy complicado.

--¿Usted siempre ha tenido clara su vocación?

--Yo había querido ser muchas cosas. Me gustaba mucho el arte, la literatura, la naturaleza, bailar... Desde que me di cuenta de que todo eso tenía que ver con la expresividad y el arte dramático y decidí estudiarlo, no he tenido dudas. Ni cuando me ha ido bien ni cuando me ha ido mal.

--Rosa también ha conseguido conquistar a Mauricio (Nacho Fresneda). ¿Tienen futuro?

--Empieza siendo una relación que le conviene. Mauricio es el único hombre con el que se ha cruzado que la respeta, la quiere y le tiene cariño. Así que la historia va derivando en amor. Lo que pasa es que siempre se interpone su objetivo de ser actriz. El médico es una ficha más en su puzle para lograr su objetivo.

--Ahora parece que Mauricio se da cuenta de que Rosa jugaba con él...

--A partir de ahora Rosa se dará cuenta de que quería a Mauricio más de lo que pensaba y de que ha perdido a la única persona que le importaba y la cuidaba. Entonces se cambiarán los roles y ella le perseguirá a él.

--Amar... es la primera ficción española que se ve en castellano en EEUU. ¿Cree que puede tener una buena acogida?

--Yo creo que sí. En el fondo, habla de las pasiones, y las pasiones son universales, se entienden en todas partes. Además, en EEUU hay mucha población latina. Incluso me contó Manuel Baqueiro Marcelino, en la serie que le reconocieron por la calle en Nueva York. ¡Es alucinante! Y ahora la están emitiendo en Argentina y mi familia no para de enviarme correos electrónicos.

--Usted posee experiencia en cine, teatro y televisión. ¿Tiene alguna predilección?

--Lo difícil es tener las ofertas. Lo que pasa es que en este país es cada vez más difícil hacer cine. La televisión nos da mejor de comer y hay más trabajo. Y el teatro espero que no se me acabe, porque lo disfruto mucho. Espero no tener que elegir y dejar de hacer cosas que me gusten para hacer otras. Intentaré compaginarlo como ahora.

--¿Por qué cree que le dan papeles así?

--No sé, algo habrá de mí (ríe). Pero es la primera vez. Antes había interpretado a mujeres más introvertidas y con mundo interior, como en Cuenta atrás, una policía que se tenía que mover en un mundo de hombres.