Chenoa es jurado de Tu cara me suena (A-3 TV), colabora en Zapeando (La Sexta) y acaba de firmar un contrato con Atresmedia y publicar un libro.

-¿Contenta con repetir la experiencia como jurado?

-Sí. Es un lujazo. Esta es una silla que pienso cuidar muchísimo, porque le he puesto mucha ilusión y ganas. Y sigo mirando hacia los lados para aprender. Porque sigo siendo la nueva y siempre lo seré. La veteranía que tengo alrededor es maravillosa y eso se contagia. Me da mucha seguridad, porque estás con gente que tiene claro el concepto, que tiene un perfil… A mí me costó entrar, porque no sabía por dónde explotar lo que faltaba, pero, como ha cuajado, hay que mantenerlo.

-¿Mantendrá también su estilo a la hora de juzgar?

-Lo que pasa es que también me doy cuenta de los timings, porque este es un trabajo coral y hay mucha gente que quiere hablar. Y como no soy nada de gritar, entonces lo que intento es, en el pequeño hueco que tengo para dar la ayuda -no me gusta aconsejar, sino ayudar-, ser más escueta, más concisa, para que les entre el mensaje…

-¿Hay alguien a quien le gustaría ver como concursante?

-Ahora se están animando muchos cantantes. Al principio se echaban para atrás, porque da vértigo. Yo hice de Diana Ross con Carlos Latre y no lo he pasado tan mal en mi vida. ¡Estaba temblando! Porque yo no sé imitar. A mí ver aquí a Diana Navarro me ha impactado muchísimo, porque tiene un estilo supermarcado y salir de ahí… ¡imagínese! Con eso ya me doy por satisfecha.

-¿Cuáles son sus favoritos?

-Me están cumpliendo todos los roles muy bien. Yo a La Terremoto me la como con patatas y le daría un 12 todos los días. Es que a mí la gente que me hace reír me produce mucha admiración. Miquel Fernández es sorprendente, y también Diana Navarro, porque no te la esperas. Y cuidado con Lucía Jiménez.

-¿’Tu cara...’ le ha servido a usted para mostrar su cara gamberra?

-Ahora se me conoce más de otra manera. Porque los músicos no tenemos muchos lugares donde explayarnos que no sea cantando o diciendo: «sí», «no» o «no te contesto». Es complicado mostrar si eres divertido o no en una entrevista de tres minutos donde vas a hablar de tu disco. Aquí estoy más jurado, pero también más simpática, porque estoy en una tesitura más divertida. Y no me cuesta.

-’Zapeando’ contribuye a ello...

SEnDZapeando... ¡tela! Estoy aprendiendo como una loca. Porque es otro mecanismo y me estoy moviendo en muchas aguas. El primer día casi me agarró ciática, porque es una coral que lleva 900 programas y yo, como siempre, entro nueva. Pero bien, y cada vez mejor. Y Frank Blanco, con el que ya trabajé en la radio, es para mí un jefe al que quiero y me ayuda mucho.

-Acaba de firmar un contrato en exclusiva con Atresmedia. ¿Feliz?

-He brindado con toda la familia como si fuese Nochevieja. Me siento muy abrumada… He llorado de alegría. Me gusta mucho trabajar, soy independiente -trabajo con mi familia- y a mí facilito no me lo han puesto. Pero cuando te hacen estos regalos, también hay que darle mucha importancia.

-Lo habitual es que fichen a presentadores o actores, no a una cantante...

-Eso me han contado...

-Se emociona...

-Es que soy una intensa. Ocultarlo me va fatal. O decir: [habla con voz de pija] «¡Ay, estoy supercontenta!». Esa posición no me gusta. Si lo sientes de verdad y estás agradecida de que cuenten contigo y apuesten por ti… Estoy feliz.

-¿Esa exclusividad le impedirá estar en el nuevo ‘OT’?

-No es tanto una cuestión de blindaje como de proyectos. Manejo una gira de teatro; estoy en Zapeando (La Sexta) como colaboradora, estoy en Tu cara me suena y he sacado un libro [Defectos perfectos]. Con lo que no tengo tiempo para muchas más cosas. Solo para hacerme un masaje y seguir.