Televisión Española estrenó el concurso El rival más débil el 15 de mayo del 2002, y ha obtenido una media de 1.411.000 espectadores y el 20,2% de cuota. El jueves pasado, en el día del debut de Karmele Aramburu, logró reunir a 2.004.000 personas (21,3%).

Su personaje en el concurso, a medio camino entre señorita Rottenmeyer y ama de llaves de ´Rebeca´, ¿es el más ´malo´ de su carrera?

--Desde luego, pero yo no soy así. Lo que se ve en pantalla es una interpretación, que hago con gran placer, eso sí, porque dicen que es más difícil hacer el papel de mala que el de buena... Es una mujer muy extrema, muy altiva, que se ve capaz de insultar a todo el mundo y se cree más inteligente que los demás.

¿No teme que la confundan con el personaje?

--Sí, pero espero que la gente sepa que un personaje no debe confundirse con quien lo interpreta.

¿Es el masoquismo lo que incita a los concursantes a acudir a un concurso en el que les insultan?

--No creo que sean masoquistas. Vienen a jugar y a divertirse, aunque hay algunos que son muy respondones y nos las tenemos que ver muy seriamente con ellos.

¿Ha cogido algo de lo que hacía su predecesora, Nuria González?

--Mucho, porque es una profesional excelente que había puesto el programa en muy buen sitio. Me he fijado en ella, faltaría más. Llegue aquí y me empapé de todo lo que había hecho, aunque los personajes sean diferentes, porque somos dos actrices distintas.

¿Presentar un programa ayuda profesionalmente a una actriz?

--La televisión da una gran popularidad, no lo vamos a negar. Muchas veces ocurre que cuando alguien te llama, si eres conocida, es muchísimo más fácil para el productor vender la película, la serie o lo que sea. No es que sea muy justo, pero es así.