De ídolo de los estadios a auténtica estrella de cine. Como antiguo astro del fútbol y leyenda viva del deporte en Francia, gracias a su carácter y a su calidad en el terreno de juego, Eric Cantona podría haberse dedicado a entrenar, comentar partidos en televisión, montar un restaurante o vivir de renta, como hacen otros ilustres artistas del balón después de colgar las botas. Pero él está hecho de otra pasta. Lo suyo es el cine. A los 41 años, después de participar en diferentes películas, el triunfo le ha llegado con la interpretación de un asesino psicópata en Papillon noire , un telefilme líder de audiencia en Francia.

La emisión de Papillon noire la semana pasada en la cadena privada TF-1 enganchó a 8,6 millones de espectadores, el 34,6% de la audiencia. Todo un éxito. Cantona encarna a Jack, un inquietante y misterioso personaje que establece una extraña relación con un guionista en plena crisis de inspiración, papel interpretado por Stéphane Freiss. Ferozmente caracterizado con una poblada barba y el pelo largo, el exfutbolista no solo ha enganchado a los franceses a la pantalla sino que su interpretación ha recogido los halagos de la crítica. El thriller , dirigido por Christian Faure, ya ha obtenido un premio --el del festival de Luchon-- y ha marcado la carrera cinematográfica de Cantona.

"Antes me decía que con un poco de presencia bastaba para ponerse ante las cámaras. Pero no. Es una baza esencial, siempre que se domine también la técnica. Hace falta mucho trabajo", admite el deportista reconvertido en actor gracias, en buena parte, a la ayuda de su mujer, la intérprete Rachida Brakni. "Con ella preparo mis papeles, es muy exigente", confiesa Cantona, también en la cartelera de cines con un filme recién estrenado, Les Hauts Murs , protagonizado por Carole Bouquet.

El flirteo del goleador de Marsella con el cine empezó antes de dejar los vestuarios. Cantona jugaba con el Manchester United --a los 25 años optó por abandonar el fútbol francés--, donde recibió el apelativo de Eric the King (Eric el Rey). Un papel secundario en la deliciosa comedia de Etienne Chatiliez La alegría está en el Prado --con Carmen Maura de protagonista-- le inoculó el virus del cine.

RIMBAUD Y POESIA

Ya antes de retirarse en 1997, a los 31 años, no era un futbolista como los demás. En sus ratos libres pintaba, leía a Rimbaud y escribía poesía. Y cuando abandonó el deporte anunció su intención de dedicarse al arte. Desde entonces, Cantona ha combinado la pintura y la fotografía --acaba de exponer sus clichés en Arles-- con la producción teatral y los platós cinematográficos. Una fugaz participación en Elisabeth I, protagonizada por Cate Blanchett y papeles más consistentes en exitosas producciones francesas como Les enfants du marais y Le deuxième soufle conforman su, hasta el momento, breve filmografía. Y el mes que viene, Eric the King comenzará el rodaje de una película británica. Al otro lado del canal de la Mancha, Cantona juega en terreno más que conocido.