El exfutbolista Michael Robinson cumple 10 años con su delicioso programa en Movistar +. Para celebrarlo, el canal #0 emite este viernes (23.00 horas) un programa especial titulado Informe Robinson 10 años, en el que se recopilan las mejores historias contadas en la última década. El presentador hace balance de esta década y de lo que el programa supuso para él.

-¿Qué se siente al cumplir 10 años con su programa?

-El orgullo de liderar un equipo muy bueno. Este programa nos permite disfrutar y no simplemente mirar quién gana o pierde. Nosotros tenemos una filosofía que se identifica con la elegancia del deporte. Cuando empezamos ya dije que el deporte es un pretexto perfecto para contar historias humanas y 10 años después creo que se acerca a aquello.

-¿En qué sentido?

-En que nuestro programa no va de ganadores y perdedores. Es cierto que algunos campeones han participado, pero no por ser ganadores sino por lo que se entregan. Rafa Nadal nos recibió en el peor año de su carrera y ahí vimos por qué es un campeón tan grande: por los valores que siente. A mí este programa me rescató de una depresión. Yo pensaba que estaba acabado en el mundo de la televisión después de El día después, porque veía en qué dirección iba este medio. Participé en el primer programa de Maracaná y no pude hacerlo en el segundo porque sentí vergüenza. Solo era el presentador y no me veía en ese papel, porque no soy actor. En cambio, en Informe Robinson ni aparezco. Creo que el presentador es un mal necesario, y si es innecesario resulta estúpido mantenerlo.

-¿Por qué se deprimió usted en esa época de su vida?

-Me parecía maleducado entrar en las casas de la gente con algo que tú no sientes. Pensé que si mi padre supiera cómo me ganaba el dinero me mandaría a la cama sin cenar. Àlex Martínez Roig, de Canal +, intentó animarme, porque estaba muy mal y me dijo que hiciera lo que quisiera. Yo necesitaba saber que no servía para esto, y haciendo algo que reflejara lo que siento y pienso podía comprobarlo. Estaba dispuesto a irme al paro.

-¿Cree que su programa sería competitivo fuera de un canal de pago?

-Esa pregunta demuestra que la televisión tiene mala salud porque parece que está usted diciendo que mi programa tiene demasiada calidad como para estar en una tele en abierto. Me produce mucha tristeza.

-¿Por qué su programa tiene muchos seguidores fuera del deporte?

-Porque no es escandaloso ni sensacionalista. Pep Guardiola declinó estar en el programa, aunque es muy fan nuestro. No concedía entrevistas, pero no hubiera tenido reticencias con nosotros, porque entiende el tipo de programa que es. Lo de Rafa Nadal fue muy significativo. Antes de que le hiciera cualquier pregunta, me soltó: «¿Sabes que psicológicamente estoy muy mal, Michael?» Eso me ahorró todo el trabajo.

-¿Y qué tiene para que se le abran los deportistas con tanta facilidad?

-La gente puede verme algo distante y con cierta elegancia británica. Si rascas mi barniz tengo registros de mucha cercanía, pero en ningún caso me acuses de ser majo. Creo que tengo empatía. Admiro a las personas que han participado en el programa, porque no voy a exhibir a nadie que detesto o que es un cenutrio. Pienso que me deben de ver no como majo, sino como empático.

-¿Se imagina usted una Liga sin el Barça?

-Me extrañaría, porque Javier Tebas (LFP) siempre alardea de tener la segunda Liga del mundo. Lo que ingresa el fútbol se vería muy mermado sin el clásico con el Madrid. Creo que los demás equipos presionarían a Tebas para que estuviese el Barça. Y que otras Ligas, como la francesa, le invitarían enseguida. Para el fútbol sería un desastre, como lo sería para España y para Cataluña. Ya estamos perdiendo todos: no hay una sola esperanza de tener una buena noticia. Si esto se desbloquea ahora, seguirá habiendo problemas, porque las heridas continúan abiertas.