A poco menos de dos meses para Eurovisión, ya hay un nuevo conflicto diplomático detrás entre Rusia y Ucrania, donde este año se celebrará el festival musical el próximo 13 de mayo.

El Kremlin ha descartado hoy sustituir a la representante rusa en el certamen, Julia Samoylova, en caso de que Ucrania decida prohibir su entrada en el país por su participación en un concierto en la anexionada Crimea. El conflicto diplomático entre ambos países se produce solo un año después del triunfo de la ucraniana Jamala con una canción-denuncia sobre la deportación de la minoría tártara en Crimea por el régimen de Stalin en los años 40.

"No sé qué decisión han tomado los organizadores, pero entiendo que esa opción no es posible", ha asegurado a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Las autoridades ucranianas han advertido de que podrían prohibir la entrada en el país a la representante rusa, en silla de ruedas por una atrofia muscular espinal, por haber actuado hace dos años en un concierto en la península anexionada por Rusia en el 2014.

"SOLDADO DE LA GUERRA INFORMATIVA"

El representante ucraniano en Eurovisión, Yevgueni Gálich, llamó Samoylova "soldado de la guerra informativa" de Rusia y calificó su elección de una "maniobra absolutamente genial de los servicios de inteligencia rusos".

El Canal Uno de la televisión rusa, responsable este año de seleccionar al representante del país en el festival, ha señalado hoy que Kiev aún no ha informado sobre si dejará que Samóylova participe en el concurso, cuya final se celebrará el próximo 13 de mayo.

TRES AÑOS DE PRISIÓN

El diputado ucraniano Antón Gueraschenko, consejero del ministro de Interior, Arsén Avákov, ha advertido de que si Ucrania deja entrar a la artista en el país, debería presentarle cargos por cruzar ilegalmente la frontera, un delito que se castiga con hasta tres años de prisión.

Mientras, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del certamen, se ha lavado las manos y ha dejado la decisión en manos del Gobierno ucraniano.

"Entendemos y respetamos las leyes de Ucrania, pero por parte de la UER no hay objeciones a la delegación rusa. Queremos que todos los países participen, pero la decisión corresponde a las autoridades de Ucrania y la respetaremos", dijo al respecto el productor ejecutivo de Eurovisión 2017, el noruego Jon Ola Sand.

Eurovisión se celebrará en Ucrania por segunda vez en su historia, ya que en el 2005 este país ya acogió el popular certamen, aunque ahora se encuentra sumida en una profunda crisis económica.