--¿Vuelve Supermodelo y repite como presentadora. Le ilusiona?

-- En televisión repetir y hacer una segunda edición de un programa significa que ha funcionado, que tu trabajo se ha valorado y que la audiencia te ha seguido. Este es además el mismo reality pero con un formato nuevo. Me ilusiona porque vuelve a ser un gran reto.

-- Anuncian cambios. ¿En qué estima que debe mejorar la edición de Supermodelo 2007?

-- Hubo aspectos técnicos mejorables, como la iluminación, y por eso estoy contenta de tener esta segunda oportunidad para que quede más redondo. Ahora contaremos con muchos más medios, el plató será tres veces más grande y tendrá mucha más luz y espectacularidad. Y le daremos el glamur y la ambientación que merece.

-- ¿Como extop model, no se cansa de dar consejos a las chicas inexpertas?

--Me gusta ayudar, y lo que más les digo es que se dejen llevar. Están ante una gran oportunidad, les ve mucha gente, y yo les oriento para que dejen los nervios y muestren su potencial.

--En la primera edición, algunas de sus intervenciones, igual que las del jurado, fueron de gran dureza y severidad. ¿El tono de exigencia va con el concurso?

--Sí, porque están en la línea del mundo que las chicas se van a encontrar después. En el mundo de la moda y las pasarelas se comienza a edades adolescentes. Todo va muy rápido. Y si no te adaptas, te quedas ahí. La dureza del concurso es un reflejo de la realidad. Intentamos dar a Supermodelo el tono más real posible de lo que es el mundo de las modelos. Enseñamos a no fallar, a saber escoger, a estar expuesto a las opiniones que te pueden llevar a ser una estrella. Yo tengo que hacer mi papel, pero me sabe mal cuando se quedan a mitad de camino.

-- Pero el programa se convirtió al final en un baño de lágrimas de las concursantes...

--Fue una de las cosas que más sorprendió del programa. Fueron fruto de la inexperiencia y juventud de las chicas. Están encerradas en un centro de formación exigente, en el que hay fuerte competencia. Si te pones en su piel, es normal que lloren, por eso les insistí en que el camino para ganar era disfrutar la oportunidad.

--¿Qué es lo que pretende aportar como presentadora?

--Cuesta mucho ser modelo, llegar es muy difícil. Chicas monas hay muchas, modelos pocas. Es una profesión que hay que aprender, con mucho esfuerzo, y, modestamente, lo que quiero es colaborar en dignificar la profesión. Hay que diferencia entre ser miss y modelo, porque requiere formación, cultura, mucho dominio de sí mismo y saber estar. Y muchos sacrificios personales, además de la belleza.

--¿Añora su etapa como modelo de pasarela?

--Cada cosa tiene su época. Dejé la pasarela, pero no he dejado de hacer cosas. Llegó el momento en que decidí dejar una parte de mi profesión para cuidar de mi familia y tener a mis hijas, pero sigo siendo la imagen de una firma de cosméticos, hago fotografía de moda, presento este programa, hago anuncios. Debe aprovecharse cada etapa distinta que la vida te da.