Hugo Rosales fue el participante más resuelto y decidido del concurso Fama, ¡a bailar! (Cuatro), donde demostró sus capacidades como bailarín y su desparpajo ante las cámaras. Ahora protagoniza la serie 18 (de lunes a jueves a las 21.45 horas), la nueva apuesta para la hora de máxima audiencia de Antena 3 TV, que mezcla adolescentes, música y misterio.

--¿Cómo es su personaje en esta ficción?

--Soy Diego, tengo 17 años y trabajo y estudio, porque mi padre quiere que sea abogado, como él, y yo lo que quiero es dedicarme al baile. Pero este no es el típico producto que va de temas conflictivos de la juventud, sexo, drogas y todo eso, sino que se trata de una intriga para descubrir al asesino de mi mejor amigo, que muere nada más empezar. Todo acompañado de música, canciones y baile.

--¿Cómo ha llegado aquí?

--Después de Fama... hicimos la gira, y ahí se vio ya cómo recibía el público a cada uno. Y Mary, mi novia, que también está en la serie, y yo éramos muy queridos. Por eso hicimos el casting . Creo que me eligieron porque les sorprendí, ya que les demostré que había en mí más de lo que se creían.

--¿Había pensado ser actor?

--Nada, nunca. Es verdad que me habían dicho que tenía todo lo necesario para estar en una serie, pero no lo había pensado nunca.

--¿Qué buscaba al presentarse a las pruebas?

--Lo primero que me impulsó a hacer el casting y a firmar es que iba a compartir el trabajo con Mary. Por otro lado, si te dicen que hay algo que estás haciendo bien y que te puedes labrar un futuro con ello, lo normal es intentarlo. Yo acepté intervenir en esta producción para probar a ver si es cierto, aunque me siento más bailarín que actor y no creo que siga con la interpretación en el futuro.

--¿Es muy duro tener que estudiarse el papel?

--La verdad es que después de trabajar 10 horas al día, que contando con la recogida y la vuelta son 12, no me queda tiempo para nada, así que tiro los guiones sin abrir encima de la cama. Es en el plató, antes de empezar, cuando me leo las 14 secuencias que tengo que grabar. Por fortuna, tengo buena memoria.

--Usted baila hip hop y su personaje también. ¿Se parecen en algo más?

--La verdad es que en poco: ni en nuestras relaciones familiares ni en nada. El es un poco chulo también, pero su chulería es distinta a la mía, que parte más de la base de la seguridad en uno mismo. En cambio, este tío es chulo, pero muy inseguro.

--De la misma forma, usted parece la seguridad misma.

--Lo soy, no tengo ningún problema en decirlo abiertamente. Creo que soy una persona muy segura de mí misma. Sé lo que hago bien y lo que hago mal, y no tengo que demostrar nada a nadie. De hecho, como me importa bastante poco la opinión de la gente, eso te da seguridad en ti mismo.

--¿Ya se ha visto actuando?

--Sí que lo he hecho.

--¿Y qué impresión se causa?

--Me he sorprendido. No esperaba verme medianamente bien. Hay cosas que no me gustan, gestos y otros momentos, pero en general me he visto natural, que creo que es muy importante en televisión. En eso tengo una ventaja sobre los que han hecho interpretación, porque ellos pueden tener unos vicios al haber estudiado ballet clásico y si les pones a bailar hip hop se les va a notar demasiado.

--¿Es difícil labrarse un futuro como bailarín?

--Muy difícil, pero ahí esta el sueño de cada uno, el esfuerzo y que te importe más el baile que el dinero.