Qué tremenda expulsión, el lunes, en Operación Triunfo (TVE-1): la concursante Bea se lesionó una pierna, y la dirección del programa la liquidó del concurso.

El presentador del programa Carlos Lozano le leyó la sentencia. Detengámonos en un párrafo solamente: "Sería injusto para tus compañeros que el público sintiera más simpatía por ti por culpa de esta mala suerte", sentenció.

O sea, además de la pata quebrada, la expulsan. Antes nos habían enseñado cómo se lo hizo. Estaba grabado. Fue en la Academia, durante una clase de gimnasia rítmica. Cabe preguntarse, pues, si no estamos ante un caso de accidente laboral, como aquel que hace unas semanas fue noticia en todo el país: el del albañil que se cayó de un tejado.

En aquella ocasión un juez dictó contra el trabajador en lugar de contra la empresa a la que servía. Ahora parece que en OT siguen por el mismo camino. Es verdad que con la pierna escayolada Bea no podría realizar el juego escénico que sus compañeros realizan. Pero la decisión de apartarla es discutible.

Como compensación la llevaron en volandas al exterior y le regalaron un vehículo. Es un detalle bonito. Pero ante las fantásticas expectativas que genera este programa, que reparte el triunfo total en vida, no sabemos si a Bea le consolará el cochecito.

Concluyeron con la elección de los cinco finalistas: Davinia, Ramón, Leticia, Vicente y Miguel. Nos alegramos por Vicente. Días atrás le torturaban diciéndole que desafinaba. ¡Ah! ¿y quién no desafina en este mundial concierto de grillos?