La Liga de Fútbol Profesional (LFP) mantendrá los horarios ya fijados del fin de semana, con un partido en abierto hoy a las 22.00 horas (Athletic-Zaragoza), uno de pago mañana a las 21.00 (Osasuna-Barça, en Canal+) y el resto en la modalidad de pago por visión. Además, modificará sus estatutos y reglamentos para poder producir la señal televisiva de los encuentros de Primera y Segunda división y evitar así que la guerra que mantienen Mediapro y Sogecable por los derechos de emisión de la Liga española siga provocando el descontrol en las retransmisiones.

UN "MARCO JURIDICO"

Estas es la decisión que tomó ayer la Asamblea General Extraordinaria de la LFP, convocada para estudiar el conflicto por los derechos audiovisuales de la Liga. En la reunión, los clubs decidieron estudiar primero las posibilidades legales de producir ellos mismos los partidos, al tiempo que exigieron que se cumplan los compromisos de ambas empresas en los distintos sistemas de distribución. "Queremos establecer un marco jurídico interno para que en el futuro no haya ninguna discusión en cuestión de derechos y exigir el cumplimiento de los contratos", declaró ayer el presidente de la LFP, José Luis Astiazarán. Para establecer ese marco, indicó, se van a estudiar los contratos firmados por cada club, así como los cambios que habría que hacer en los estatutos de la entidad. En cualquier caso, la Liga no renuncia a producir por sí misma la señal, si Mediapro y Sogecable no llegan a un acuerdo, una tarea para la que Astiazarán aseguró que podrían estar listos en dos semanas. Astiazarán también anunció que convocará una reunión con TV-3 para aclarar el papel de TV-3 en este conflicto y su desmarque en las decisiones que ha realizado su socio en Audiovisual Sport, Sogecable.

El presidente de la Liga pidió con especial insistencia el respeto a la distribución de la señal internacional, actualmente en manos de Mediapro pero que es una de las víctimas de la guerra. Astiazarán dijo que varios clubs tienen contratos con teles extranjeras, y como patrocinadores de otros países, y la no distribución de la señal. También preocupa a los clubs el exceso de partidos en abierto que provoca esta guerra, ya que "los mayores ingresos vienen del pago", apuntó el presidente de la LFP.