La castaña forma parte de la tradición gastronómica española más selecta y, sin embargo, sólo se explota y se comercializa en pocas comunidades autónomas como Cataluña o Castilla y León.

La situación actual de este producto, que en épocas pasadas era casi el único alimento que tenían para sobrevivir asturianos y leoneses, es el tema del espacio Línea 900 (20. 30), en La 2.

Mientras en Castilla y León florece una incipiente industria basada en la castaña, en Asturias, a tan sólo unas decenas de kilómetros, los frutos del castaño se pierden y casi nadie se molesta en recogerlos.

No obstante, Asturias, que tiene una extensión de 70.000 hectáreas de castaño, empieza a despertar del letargo. Cataluña es la comunidad que más castañas consume, mientras que en el extranjero, son Italia, Francia e Inglaterra los destinos preferidos de las castañas del Bierzo, que en una de sus más de 20 fábricas, se envasan más de dos millones de kilos.

Hoy, prácticamente todos los castaños presentan enfermedades y las castañas no se pueden recoger confundidas entre la maleza que llena los bosques, pero conscientes de la importante fuente de ingresos que pueden representar, se están empezando a potenciar iniciativas enfocadas a su comercialización.