El poeta Federico García Lorca fue víctima del terror de Estado que se adueñó de la ciudad de Granada tras la sublevación fascista del 1936. Sus restos, que siguen sin identificar, reposan en una fosa común en las cercanías del pueblo de Víznar, a siete kilómetros de Granada. Línea 900 reconstruye en Lorca y los paseados de Víznar --reportaje que se emite entre hoy y el próximo domingo, día 26-- su muerte y el debate entre historiadores y familiares sobre si deben buscar los restos del poeta y proceder a su identificación.

El trabajo, realizado por Joan Sella y Carol González, tiene un protagonista destacado, el hispanista Ian Gibson, máximo especialista en la figura de García Lorca. El es el que defiende que España debe desenterrar los restos del poeta granadino.

CAZA DE BRUJAS

En la primera parte del reportaje de Línea 900 se repasan los últimos momentos del escritor, víctima de la caza de brujas que los sublevados franquistas desencadenaron en Granada contra todo aquel sospechoso de simpatizar con el Frente Popular. En aquella época, centenares de izquierdistas fueron eliminados, sin juicio, en las cunetas del camino del Arzobispo, la actual carretera que une las poblaciones de Víznar y Alfacar. El poeta fue unos de ellos.

Gibson, biógrafo de García Lorca, relata en el programa que en la persona de este poeta "confluían todas las circunstancias para ser una presa de alto valor para los fascistas que impusieron el terror en Granada a partir de julio de 1936: era de izquierdas, tenía éxito como escritor y era homosexual".

La segunda parte, que se emitirá el próximo domingo, entra en el debate sobre si debe localizarse el cuerpo del poeta. Este apartado incluye, junto a la opinión de los estudiosos, declaraciones de dos sobrinos del poeta asesinado, Manuel Fernández Montesinos y Laura García Lorca. Ambos se muestran partidarios de que los restos de su tío sigan reposando en un lugar indeterminado del parque Federico García Lorca, en el municipio de Alfacar.