Hace 10 años que cambió su trabajo de enfermera en un hospital gaditano por los platós de televisión. Y se siente orgullosa del salto. Ahora, está totalmente volcada en la nueva temporada de Mis adorables vecinos , en la que su personaje ha hecho un hueco en su vida de nueva rica para regentar una peluquería. ¿Cuál será su próximo salto? "Nadie sabe, ya se verá", dice.

--Parece que el ambiente en su casa de ficción, la de los Sánchez, anda un poco agitado.

--Ya lo creo. Ha aterrizado como por arte de magia Cuqui (la actriz Mariola Fuentes), una amiga de mi marido Mariano (Juanjo Cucalón), que hace que salten las chispas. Hay muchos conflictos porque Loli (o sea, yo) es muy celosa y cree que no sabe toda la verdad. Encima, Loli tiene que compartir el negocio con Cuqui.

--¿Qué espera de esta serie?

--Que estemos más de cuatro años en antena, que la audiencia reviente, que el ambiente de rodaje sea tan bueno como ahora y que gracias a los éxitos me suban el caché.

--Unos cuatro millones de fans demuestran que la serie funciona. ¿Por qué cree que gusta?

--Porque es familiar, muy blanca. Hay un componente muy importante que siempre funciona muy bien, que es el humor.

--¿Y por qué funcionan tan bien las telecomedias en España?

--Porque nos gusta mucho el cachondeo. Estoy segura de que si fuéramos, por ejemplo holandeses, nos gustaría menos.

--Pero el ritmo del rodaje no es precisamente de risa...

--Sí, es fuerte. Tengo dos contracturas de la tensión, pero prefiero estar riéndome que llorando.

--¿Cuáles cree que son sus características como humorista?

--Es muy difícil calificarse uno mismo... Soy una mujer en un campo en el que la mayoría son hombres y lo que más me gusta es el humor surrealista. Pero no siempre uno puede hacer el humor que quiere.

Mis adorables... A-3 TV, 22.00