En el 2005 año la contrataron para ser la doctora Addison en Anatomía de Grey (Cuatro). Los productores, siempre atentos al negocio, optaron por realizar un spin off (una derivación) del drama hospitalario, y el personaje elegido para protagonizar la nueva serie, Sin cita previa, fue el de Kate Walsh. La actriz estrenó el pasado 1 de octubre, en EEUU, la segunda temporada de la serie, cuya primera etapa ha emitido A-3 TV.

--Usted ha formado parte del gran éxito internacional de Anatomía... ¿Cuál cree que es el secreto de su acogida?

--Una, la diversidad de personajes, que tienen profundidad. Fue la primera serie que, al centrarse en profesionales jóvenes, mostró la afabilidad de los médicos. La mayoría los vemos como dioses y Anatomía... eliminó esa idea al mostrarlos en todas sus facetas. También ayuda mucho el recurso cinematográfico de escuchar la voz de Meredith, que cuenta lo que va sucediendo en la trama. Resulta más cercano para los telespectadores.

--¿Qué sintió cuando supo que era la elegida?

--Los actores de Anatomía... sabíamos que alguno protagonizaría una nueva serie. Todos habíamos fantaseado con que podíamos ser el elegido, pero realmente no sabíamos a ciencia cierta quién iba a ser. Cuando me preguntaron si estaba dispuesta a protagonizar Sin cita previa me sorprendí bastante, pero no me lo pensé mucho. Estaba asustada y halagada, a la vez. Era un gran desafío profesional. Hasta entonces había trabajado en una producción en la que participaban 13 actores y me ofrecían una serie en la que yo pasaba a ser la protagonista.

--¿Fue muy distinto su trabajo en una serie y en la otra?

---Ha sido un proceso muy interesante. Aunque se trata del mismo personaje, tuve que enfocarlo como si fuera un trabajo completamente nuevo. En realidad, Addison y Kate Walsh han tenido experiencias similares: cambio de trabajo, nuevos compañeros... Además, hace poco que me he casado. Ha sido fantástico.

--¿Y ha notado la presión?

--Es una apuesta arriesgada, pero también es una gran oportunidad. No creo que ningún actor elija este trabajo buscando estabilidad. Obviamente, todos queremos llegar a tener éxito, pero yo también quiero sentirme satisfecha a nivel creativo. Esta oportunidad me satisfacía ambas necesidades.

--En la nueva serie, tuvo un percance con unas agujas...

--En un episodio me sometí a una sesión de acupuntura. Es algo que yo hago en mi vida privada, así que decidí que me pusieran agujas reales en lugar de falsas. Lo que no sabía es que tenía que estar dos horas con las agujas en el rostro. Al final, acabé grogui y con moratones. Me tuvieron que llevar a casa.

--¿Tras esa experiencia, confía en la medicina tradicional?

--Confío y no confío. La medicina occidental puede ser brillante y, a la vez, muy limitadora. Es mejor combinar las prácticas de oriente y de occidente.

--Pese a la percepción social negativa que tienen los centros de salud, las series de hospitales están de moda. ¿A qué cree que se debe esto?

--Es cierto, los hospitales son un poco deprimentes. Quizás un neurocirujano no lo aprecie así, pero a ninguna persona le gusta ir allí. Honestamente, antes que ir a un hospital, iría a una clínica privada, como la que parece en Sin cita previa. No es autopromoción, es la realidad. Prefiero algo que no sea tan impersonal y frío. Además, los hospitales son muy institucionales; casi como una cárcel.