Elena Furiase (Madrid, 1988) está a punto de graduarse tras tres años de formación en El internado (Antena 3 TV). La nieta de Lola Flores entró sin apenas experiencia. Estos días ha estado grabando los capítulos que se verán a partir de la próxima semana y pronto tendrá que buscar un nuevo trabajo.

--Tengo entendido que han firmado ustedes una cláusula de confidencialidad para no destripar el final de la serie...--Sí, la hemos firmado. Solo puedo decir que van a desaparecer algunos personajes y van a aparecer otros. Y que se van a despejar la mayoría de las incógnitas.

--¿Está de acuerdo con que se acabe aquí?--Creo que la serie debía acabar ya, porque son muchos personajes los que se han incorporado y las tramas se van complicando. Los parones son muy largos, lo que hace que el espectador se olvide de la historia y se pierda. Está bien lo de despedirse con la cabeza alta.

--¿Con quién se quedaría de los veteranos de la serie?--Con Natalia Millán, Amparo Baró y Cristina Marcos. Son tres grandes actrices que se comportan contigo como si fueras su hija: no te miran por encima del hombro ni te tratan como si fueras una niñata.--¿No le da un poco de vértigo el futuro sin El internado?--Ahora mismo no, porque estoy centrada en el trabajo en la serie. Me han salido algunas cositas, como proyectos para hacer una película y una obra de teatro. No me puedo quejar. Lo que sí me da un poco de miedo es que se acabe el trabajo fijo. Ahora tienes que preocuparte de ver dónde te ganas las habichuelas, pero estoy tranquila y confiada en que va a salir trabajo.

--¿No le da un poco de vértigo el futuro sin

--Si tuviera que autopuntuarse como actriz, ¿con qué nota entró y con cuál saldrá?--Entré con un menos uno y salgo con un 6,5.

--A su familia de artistas, les habrá pedido más de un consejo...--Pues no. La familia me apoya y se porta como tal. Me da consejos si se los pido, pero yo tampoco soy de pedir muchos. Recuerdo una vez que tenía una secuencia complicada y le pedí consejo a mi madre Lolita. Pero luego, al llegar al plató, se lo pedí a Amparo Baró.

--Hablando de su madre, ¿no le falta un gran papel para destaparse como la gran actriz que muchos ven en ella?--Creo que sí, y aprovecho para decirlo: mi madre está deseando hacer cosas. Creo que es una gran actriz por descubrir.

--¿Se siente usted preparada para dar el salto al cine?--Bueno, he hecho tres películas en las que he salido muy poquito. Es verdad que el cine asusta e impone, como el teatro. Pero luego se crea un ambiente muy parecido al de la tele.

--Para que usted pueda hacer películas sería conveniente que las cadenas de televisión siguieran estando obligadas a invertir en el cine. ¿Cómo lo ve?--Yo veo bien lo de la financiación, porque creo que las televisiones son las que tienen más dinero. Lo que más se produce en España son series, que es lo que más se ve. Si las cadenas colaboran, se podría hacer más cine.

--¿Cuál ha sido el momento más complicado de sus inicios?--Estaba asustada porque hay mucha prensa que no informa. Son simplemente detectives que van a buscar el morbo e indagan en tu vida privada. El verdadero periodismo es informar sobre asuntos que interesan a la gente.

--¿Puede precisar un poco y contar algunas de esas malas experiencias con la prensa?--En las ruedas de prensa, por ejemplo, a mis compañeros les preguntaban sobre la serie y a mí me preguntaban sobre mi madre, mi padre, mi novio, el novio de mi madre... Si me he metido en este mundo es porque quiero desvincularme de mi vida privada y empezar a ser una profesional. Es decir, hablar un poco de mí y de mi trabajo, y no de mi madre.