--¿Cómo se sienten los personajes de El Asturiano siendo el hilo de continuidad de esta longeva serie?

--Es un bonito regalo que demuestra la confianza que tienen en nosotros. Hay que agradecérselo al público, porque son ellos los que dicen que quieren que sigamos. Todos los espectadores se han convertido en los primos hermanos de El Asturiano. Nos consideran así, porque nos metemos en sus casas a una hora tan íntima como la de la siesta. Y eso desde hace 1.200 capítulos.

--Con todo lo que le ha dado Manolita, me imagino que será ya una devota más del personaje, ¿no?

--Manolita me da mucha seguridad y mucho juego. Lo bueno de Amar en tiempos revueltos es que es una serie con tantas secuencias y capítulos que te permite abrirte como actriz y probar muchas cosas. Tienes ya tan enganchado el personaje que sabes que no se te va escapar. Es como tocar el piano: cuando uno tiene cogida la técnica, es libre para volar.

--Hábleme de la Manolita de esta temporada.

--Experimenta un cambio importante. Le llega toda su familia del pueblo, con lo que de siete en casa pasamos a 14. Manolita se siente responsable de todos ellos y anímicamente se encuentra rara.

--¿Cómo definiría la nueva entrega de la serie?

--Me encanta, porque es muy género thriller : hay grandes pasiones, mentiras, secretos... Lo que diferencia Amar en tiempos revueltos de los culebrones es que todas esas pasiones están condicionadas por el entorno político y moral. Por eso se la considera un serial histórico.

--¿Ha llegado a cambiar su vida esta serie?

--Mucho. Yo venía de hacer cine y teatro y, de repente, me convertí en alguien muy popular. Esto de la fama viene bien ahora para el teatro, porque buscan gente muy mediática. Antes costaba mucho arrancar las obras, mientras que ahora no cuesta tanto, porque la gente va a verte arrastrada por tu popularidad en la tele. Gracias a eso se enganchan a ver buen teatro. Por eso es positivo.

--¿Qué ha notado al convertirse en una persona famosa?

--Pues que me han salido muchos primos hermanos y muchos primos segundos por toda España.

--¿Cómo lleva el continuo trasiego de actores dentro de esta serie de ficción?

--Lo paso muy mal. Lloro mucho con las despedidas. Todavía echo de menos a los que se han ido, sobre todo a los de la última temporada: eran grandes amigos y compartimos muchas horas durante 11 meses seguidos. En otras series son dos o tres meses.

--¿Siente uno mayor responsabilidad al formar parte de la columna vertebral de Amar en tiempos revueltos?

--Creo que lo que da audiencia es tanto la continuidad nuestra como el cambio constante de personajes. Nosotros somos importantes porque conformamos un hilo de unión y somos el sello de la serie. Pero si no existiera ese cambio de gente, probablemente se habrían cansado ya de nosotros.

TVE-1 / 16.15 HORAS