--¿Qué siente al ser la primera reportera de Caiga quien caiga?

--Ahora, es cuando me he empezado a asustar, con las fotos de promoción, junto a tantos chicos... Supongo que son los nervios de los primeros programas.

--¿Qué aporta una mujer al show?

--Los guiños de humor y la seducción que nosotras sabemos usar con el micro. Pero, ahora que lo pienso, ¡los hombres debéis tener vuestras armas!

--¿Cómo reaccionan los hombres al ser abordados?

--Al principio, me ven poca cosa, menudita, y piensan: ´Con esta, no hay problema´. Pero luego, como vengo muy informada, logro mi objetivo: sacarles los colores. Mi baza es el factor sorpresa.

--¿Tiene una sección propia?

--Sí, Proteste ya! , en la que busco el descontento de los ciudadanos en muchos temas. Nos llegan cartas, quejas, problemas de la gente llana. Me siento muy a gusto, porque cerca de las fuentes, que son la gente de la calle.

--¿Qué tal le sienta ir de negro?

--¡Muy bien! El negro es un color sobrio, que me gusta. Llevo pantalones estrechos y chaqueta. ¡Indumentaria de hombre!

--¿Le ha ayudado ser la sobrina de Iñaki Gabilondo?

--No elegí esta profesión por eso. En ese sentido, pudo influir más incluso que mi padre ha sido toda la vida periodista, en prensa. Al principio, probé como actriz, y sigo, y luego me picó el gusanillo del periodismo. Hice prácticas en Radio Euskadi.