Ruffus i Navarro , la cita más esperada de la noche televisiva, se estrenó ayer con cierto aire de nostalgia. El programa de TVE-1, que tuvo al bailarín Joaquín Cortés como invitado, recuperó a viejos conocidos, como Florentino Fernández (que interpreta el personaje de Krispín Klander), Carlos Iglesias (Pepelu) y Santiago Urralde (Rambo), y en las casi dos horas de duración los telespectadores pudieron percibir detalles de anteriores singladuras del showman: La sonrisa del pelícano y Esta noche cruzamos el Mississipí .

Con una frase premonitoria de lo dura que es la competencia ("Esto va a ser un infierno", dijo Navarro nada más empezar), el programa combinó un espacio que emulaba un trabajo de investigación, gags de humor, una entrevista en profundidad, las declaraciones de un trío amoroso y una nota de sexo, tan casto, que se ciñó a comparar la imagen de Elena Ochoa de 1990 con el desparpajo de Lorena Berdún.

CAMARA OCULTA

En Ruffus y Navarro hubo, por tanto, un poco de todo. Se emitieron imágenes con cámara oculta, para mostrar a un traficante de viagra. Proliferó la astracanada humorística, con una licencia de Krispín al ¿Qué pasa Neng? y otra de Rambo con una frase que el showman quiere rescatar del subconsciente del telespectador: "No siento las piernas". Se tributó un pequeño homenaje a Gila, se rescató del archivo de TVE imágenes de la democracia. Y concluyó con una encuesta en la calle sobre la importancia de la longitud del pene. Al filo de la 1.20, Navarro se despidió de sus viejos amigos y dio la bienvenida a los que le siguen en esta nueva etapa.

El show fue el espacio más visto de la noche del martes, superando a Andreu Buenafuente.