Dicen que en el mundo de la televisión los programas y los presentadores triunfan tan pronto como fracasan. En el caso de Jordi González, parece que el triunfo no cesa ya que, tras convertirse en uno de los rostros oficiales de Tele 5, a este presentador de larga trayectoria le sobran proyectos. Ahora, se encuentra al frente del debate de Gran hermano y de La noria, el programa que relevó en la noche de los sábados a un clásico como Salsa rosa.

-- ¿Qué paisaje se ve desde el programa La noria?

--Se ve el presente, desde varios ángulos, y también el pasado. El presente se debe a que se trata de un programa de actualidad. Es un magacín en el que abordamos tanto la entrevista como el debate y la polémica. Y el pasado porque también echamos una mirada atrás.

-- ¿Está La noria equilibrada? En este tipo de programas, la información rosa y la escabrosa siempre tiende a pesar más.

--Creo que las fronteras están cada vez más diluidas. Pienso que a nosotros, los ciudadanos, nos interesan muchas cosas. El ser humano no es unidimensional. A la misma persona que le interesa la política de Nicolas Sarkozy le puede interesar también conocer la última aventura amorosa de la duquesa de Alba o de su hija. No hay distintas clases de espectadores. El mismo que ve un partido de fútbol saca la entrada para ver una película en el cine. No hay que etiquetar la actualidad. En el programa, a veces, la gran noticia está relacionada con el corazón. Otras veces, con la sangre. Y otras, con el mundo de la economía.

--Cinco horas en directo. ¿No es mucho tiempo?

--Bueno, en realidad son cuatro horas y media. El sábado por la noche los espectadores entran y salen. Hay un segmento del público que nos ve durante la primera parte porque después se van por ahí para disfrutar de la noche. Y el otro segmento hace lo contrario y nos ve cuando llega a casa después de haber salido a cenar. A mí, como presentador, se me hace corto.

--¿Gloria Serra pone el punto serio e informativo?

--Sí. Queremos diferenciar la opinión de la información. Nosotros entendemos que hay asuntos en los que resulta mucho mejor que los datos hablen por sí mismos.

--El programa quiere dar una visión de las dos Españas. ¿Qué tono está utilizando?

--El más democrático. Estamos dando la palabra a todas las opiniones. Bueno, ojo, no a todas. Aquí no va a hablar nadie que esté a favor de la pena de muerte. Lo que pasa es que la prensa analiza mucho los programas de la televisión. Pero la televisión nunca se ha atrevido a hacer lo mismo con los diarios. Nosotros lo estamos haciendo.

--¿Nos van a examinar?

--Bueno, hay medios, con sede en Madrid, que cargan mucho contra la televisión porque hay mucho erotismo. ¡Y ellos tienen cantidad de páginas de sexo! Eso lo denunciamos el primer día. No es una venganza. Ni se hace desde el rencor. Más bien, desde la ironía. En estos tiempos en los que apostamos por la convivencia, es una buena cura de humildad para todos aquellos medios que pontifican.

--Confiese un miedo.

--¿Miedo? No, estoy en buenas manos. Tanto la productora, la Fábrica de la Tele, como Tele 5 me merecen mucho respeto. Saben hacer las cosas bien. Lo que sí tengo es responsabilidad. No quiero defraudar.