Jennifer Garner encarna en Alias a una universitaria que en sus ratos libres trabaja como espía de la CIA. Ella cree tener el mejor trabajo del mundo, hasta que su novio aparece asesinado porque sabía demasiado. Entonces se transforma en una despiadada agente.

¿Se identifica con su personaje?

--¡Nooo! No tengo madera de espía... No podría mentir a mi familia; además, soy incapaz de mantener un secreto y, hasta hace muy poco, ni de dar un puñetazo.

¿Y cómo logró el papel?

--Me enteré de que se preparaba la serie cuando trabajé en Felicity , de J. J. Abraham, quien también es el autor de Alias . Vi que era un gran papel y me preparé a conciencia: seis semanas aprendiendo kárate y taekwondo. Cuando llegué a la prueba me preguntaron si sabía dar patadas. Les dejé boquiabiertos.

¿ Sigue entrenándose?

--Sí, la forma física es importantísima. Aunque tengo una doble para algunas escenas, la mayoría las hago yo. Además de entrenarme en casa cinco días a la semana, en los descansos del rodaje, hago pesas. Dos días a la semana hago jogging con mi entrenador. Y llevo una dieta muy estricta. Desde que he empezado he adelgazado cinco kilos. Pero de ahí no puedo pasar.

¿Conoce la CIA?

--Al principio me resultó muy difícil buscar información porque no hay mucho escrito sobre espías que sea real. Leí mucho sobre el M16, en Gran Bretaña, y la KGB rusa y otras organizaciones de espionaje. Hasta que conocí a Chase Brandon, que se ha convertido en el nexo de unión entre la CIA y Hollywood: es el experto en muchas películas. Chase me contó todo, su experiencia como agente secreto y cómo su trabajo afectó a su vida personal. Me envió documentales y desde entonces estoy continuamente en contacto con él.

¿Afecta el éxito en su vida?

--Me gustaría tener algo interesante que decir, pero la verdad es que sigue siendo igual. Nadie me reconoce por la calle, afortunadamente. A lo mejor es porque me ven siempre con distintas pelucas. Pero profesionalmente tengo que decir que es muy excitante todo lo que me está pasando, sobre todo porque trabajo en una gran serie, con gente de mucho talento, es un trabajo en el que me tengo que superar constantemente y eso es muy bueno. Además, estoy al lado de donde trabaja mi marido, Scott Foley, de Felicity , lo cual es una gran ventaja.

¿Hay celos?

--No. Lo llevamos muy bien, Ahora me toca a mí disfrutar un poco de este éxito porque durante un año fui yo la que iba a su sombra. Es una ventaja estar casada con alguien que entiende tu profesión. Nos ayudamos mutuamente.

¿Lo mejor de la serie?

--Sus contrastes. Por un lado me puedo pasar tres o cuatro días haciendo escenas que requieren mucho diálogo y luego cambio drásticamente a la acción. Es muy bueno porque me expreso de formas muy diferentes. La parte física me hace ser mejor actriz y la actuación me hace ser mejor persona. No pasa un día en el que no sienta que he aprendido nada nuevo.