Las parrillas de programación españolas han cambiado notablemente en los últimos años. La actual apuesta por la producción propia refleja el creciente interés de los espectadores por unos contenidos que sienten cercanos y por unos personajes con los que se identifican. Frente a las producciones españolas, las series estadounidenses se han visto relegadas a horarios menos atractivos en las parrillas nacionales.

El mundo de la televisión esconde complejas estrategias para conquistar al telespectador. El catedrático Emili Prado, responsable del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica que el primer paso que siguen las cadenas a la hora de programar es definir al público objetivo --al que va destinado el producto que se pretende colocar en la parrilla-- con el fin de "determinar los contenidos televisivos y los horarios de emisión".

A este primer paso, le sigue observar qué hacen las otras cadenas con el fin de realizar ajustes. O lo que es lo mismo: contraprogramar. Una de las reglas de toda contraprogramación es luchar "fuerte contra fuerte", apunta Prado. Es decir, una cadena, ante un producto determinado de la competencia, puede optar por ubicar un programa del mismo género y a la misma hora. A veces, esta lucha no da los frutos deseados y se opta por emitir programas alternativos al que emite el enemigo. Si esto tampoco resulta, la cadena puede "seguir apostando en otras franjas horarias".

SALTO ESCALONADO

En España, según explica Joan Therrats, guionista y profesor de Guión de la Universidad de Comunicación Ramón Llull, "si una serie no funciona enseguida salta de la parrilla, pero de modo escalonado. Que una serie cambie de día es el primer síntoma de que no cumple con las expectativas de la cadena. Pero cuando ya pasa a emitirse a media tarde, significa que ha muerto", destaca. En contadas ocasiones, estos métodos tan drásticos pueden responder a una maniobra de programación cuando una serie, a pesar de tener poca audiencia, es visionada por un público objetivo muy concreto. Este acierto puntual de target propicia que un potencial anunciante sepa con exactitud a quién se dirije su espot. "De este modo --argumenta Prado-- no dudará en insertar un anuncio y la cadena podrá seguir con la programación establecida, independientemente del nivel de audiencia".

En España, la competencia está al rojo vivo porque las cadenas comparten el mismo público y la estrategia de programación queda muy limitada. Para Xabi Puerta, director de FicciON TV, "al público le interesa más los personajes que las historias porque lo que asegura el éxito de la ficción nacional es la proximidad con el espectador".

La que se avecina, serie de Tele 5, es otro ejemplo del afán de crear situaciones que sean un reflejo de la sociedad actual, pero para Puerta no solo la comedia triunfa. Producciones como El síndrome de Ulises y Herederos se apartan de la típica comedia española y ganan audiencia porque "tienen una profunda carga social que llega a todos los públicos". Para el productor ejecutivo de El síndrome de Ulises , "lo importante es la identificación con los que están viendo la serie en el sofá de casa".

Esta voluntad de abrazar al gran público se difumina en las producciones americanas. Series de gran éxito internacional como Perdidos o las 24 horas de Jack Bauer (el actor Kiefer Sutherland) pasando por El ala oeste de la Casa Blanca están dirigidas a un sector muy concreto de la audiencia. Así, las aventuras, la acción o el drama político que llegan de EEUU se ven abandonados a altas horas de la madrugada o colocadas junto a series históricas made in Spain con las que poco pueden arañar. El ala oeste de la Casa Blanca, por ejemplo, se emite en La 2 de madrugada, y 24, ha sido relegada a la madrugada del domingo.

Según Joan Therrats, "desplazar las series americanas a altas horas de la madrugada responde al interés de las cadenas por cubrir nuevas franjas horarias". A esta argumentación se suma la opinión de Emili Prado, ya que asegura que "el prime time se está alargando cada vez más". Por eso, prosigue, "la curva de audiencia de media noche ya empieza a repuntar".

SERIES CON IDENTIDAD

Las cifras demuestran que el público español, a día de hoy, se queda con el producto nacional. Consecuencia: las cadenas se han volcado en realizar series de producción propia, pero esta voluntad asume un riego considerable ligado al coste de producción. Emili Prado explica que es más barato comprar una serie extranjera que realizar una propia, porque "hemos visto --razona-- cómo una producción extranjera va de cadena en cadena y obstaculiza que se diferencien entre ellas", impidiendo así que "la cadena construya su imagen de marca, que es lo que al fin y al cabo vende".