Continúa la desmembrada banda del difunto Caiga quien caiga buscándose la vida. En la ceremonia de los Goya (TVE-1) vimos al trío Wyoming-De la Iglesia-Martin haciendo un bolo y dando fe de vida. Entregaron dos premios. De la breve actuación del satírico terceto, anotemos el relicario que lanzó El Gran Wyoming. Dijo, enfatizando el verbo: "Aquí lo importante es garantizar el orden público para que así los que acumulamos riqueza nos podamos sentir separados definitivamente de los que no tienen nada". Quede la frase como corolario o resumen a la presencia en el escenario de uno de los damnificados de Sintel. De aquella denuncia no sólo ha salido un documental que ha merecido premio (El efecto Iguazú ), sino también ha salido otra denuncia: la que formuló en el escenario de los Goya, señalando la mentira del Gobierno y de Telefónica, que no han cumplido sus compromisos. El otro día, en un Informe semanal , vimos una excelente entrevista al lingüista Fernando Lázaro Carreter con motivo de la publicación de un nuevo tomo de El dardo en la palabra . Allí, el académico advirtió la tontería de la primera compañía de España al publicitarse ahora por todo el mundo suprimiendo la tilde. Es decir que, eliminado el acento, pasa a pronunciarse Telefoníca. A lo mejor los mandamases telefonícos ni lo sabían. Y añadió el lingüista: "El idioma es la piel del espíritu". No es extraño, les decía, que quien maltrata su espíritu acabe incumpliendo compromisos.