La huelga de ayer en RTVE no acabó sin incidentes. Los gritos y protestas de los trabajadores a la puerta del plató desde donde se estaba emitiendo el Telediario 1 obligaron a suspender la emisión cuando sólo llevaba 14 minutos. La dirección del ente público calificó la algarada de "lamentable e indignante" y los sindicatos consideraron que fue una "repulsa" a los servicios mínimos, considerados abusivos.

A las tres de la tarde, Ana Blanco comenzó un telediario reducido a 35 minutos. El tercer titular del sumario se dedicó a la huelga, de la que la presentadora dijo que estaba teniendo un "amplio seguimiento". Posteriormente, se ofrecieron casi tres minutos con imágenes de las concentraciones o las redacciones sin trabajadores, con declaraciones de Juan Manuel Hidalgo, presidente del Comité General Intercentros (CGI), y la postura de la empresa. Los gritos de los reunidos en el exterior aumentaron, hasta que tras 14 minutos de emisión Ana Blanco dijo que no se podía seguir y se despidió.

En su nota, la dirección de RTVE afirmó sentir "vergüenza ajena" por unos hechos que impidieron "que se ejerciera el elemental derecho a la libertad de información".

CCOO y UGT, sin embargo, achacaron el boicot al telediario a un desacuerdo de última hora sobre la duración del espacio. Francisco Andújar, secretario general de UGT en TVE, también consideró que la suspensión "era para los trabajadores el colofón de la huelga para que se visualizara que era un éxito".

HUBO PARTIDO

Lo que no lograron los huelguistas fue que el Tribunal Supremo suspendiera la emisión del Bar§a-Benfica, como había pedido CCOO el martes. La sala de lo contencioso administrativo del alto tribunal denegó ayer mismo la impugnación sindical con el argumento de que el partido entraba en el catálogo de los acontecimientos deportivos de interés general y, además, por revestir "significación singular".

Los sindicatos y la dirección de RTVE discreparon sobre la participación de los trabajadores en la huelga, aunque en ambos casos dieron cifras altas. Según un comunicado de la empresa, en la jornada de la mañana, pararon el 62,61% de los empleados. El CGI elevó la cifra hasta el 90%, descontando los servicios mínimos, bajas y vacaciones.

En su nota, la dirección del ente público reiteraba "su disposición al diálogo y a la negociación con los sindicatos".