Siempre se ha dicho que a los televidentes, ante la mugre que genera la tele, siempre nos queda el consuelo de los anuncios. Es verdad, muchas veces lo más interesante de un programa es el rato que cortan para poner publicidad. O sea, que es mejor no ir entonces al lavabo a hacer pipí, sino cuando vuelve a salir el presentador de turno. El sábado, por ejemplo, La 2 emitió los Premis Drac de publicidad. Fue una gala humilde, pero llena de espots imaginativos. Destaquemos un momento, cuando Kiku Sanchís anunció el Drac d´argent al mejor tratamiento del humor: se lo llevó la firma McCann-Erickson por su campaña de la ONCE. Es un buen trabajo. Sacan a un grupo de raperos del Imserso de Cangas del Po, con una marcha increíble. Y rescatan una imagen de Iñigo, de cuando la tele era en blanco y negro, y le colocan el colorido de un cupón estampado en plena frente. Un homenaje a Andy Warhol, sin duda. Tome nota la directiva de la ONCE de la creatividad de los publicistas. Es curioso, ganan en campañas publicitarias pero el programa del sorteo del cuponsito que emite todas las noches A-3 TV --espacio tan celebrado en tiempos de Carmen Sevilla-- ha quedado reducido a la miseria más absoluta. No lo mira ni la familia del notario que sale a dar fe de las bolitas. Llamen a un publicista. Pondrá a Yola Berrocal, Malena Gracia y Sonia Monroy en el bombo de las unidades de millar, y ríanse de la Gala de entrega de los premios de la música MTV celebrada esta semana en Barcelona.