Contagiado por la ola retrocavernícola que invade TVE, El show de Flo (TVE-1) cabalga en la misma dirección: hacia el pasado. Este programa comenzó despertando alguna esperanza. Ahora se ha convertido en un necrófilo ejercicio de levantamiento de lápidas. Bucea en el cementerio audiovisual de la casa, y en lugar de exhumar los mejores cadáveres, resucita los más agusanados. El miércoles evocaron al temible doctor Rosado. En casa pasamos miedo de verdad. Ese catastrófico personaje saltó a la celebridad de la mano de José María Iñigo (Fantástico , 1979). Allí aconsejó que para reanimar a un niño desvanecido, lo mejor era aplicarle un cigarrillo encendido en la cabeza, y frotar. Lo que espanta es que ahora hayan salido Iñigo y Flo reivindicando los métodos de Rosado. Si Florentino sigue así, acabará descubriendo en el archivo la lápida de Franco. En vista de cómo anda ahora TVE, será una exhumación de gran actualidad.

El ´des-Prestige´ sigue --. En el proceso de rigurosa desinformación sobre Galicia, faltaba Carlos Dávila. El miércoles quedó arreglado: salió homenajeando al conselleiro de Pesca de la Xunta (El tercer grado , La 2). Este compañero ha llegado a acrisolar un estilo que merece estudiarse. Envueltas en una aparente mordacidad, sus preguntas sirvieron para que el conselleiro fuera desmintiendo las críticas, y colocando más propaganda. O sea: lo de Galicia ha ido tan mal, no porque no estuviera Fraga, sino precisamente porque estaba.